martes, 28 de abril de 2015

Johan Bävman: El fotógrafo sueco que busca cambiar la visión de la paternidad

En Suecia, el postnatal tiene una duración de 480 días (18 meses), de los cuales 60 días por obligación debe tomarlos el padre. El resto, ambos progenitores pueden dividírselos como quieran. 
Aprovechando su tiempo en casa tras el nacimiento de su hijo, el fotógrafo independiente Johan Bävman comenzó a explorar el nuevo mundo que significa la paternidad. Bävman, quien vive en la ciudad sureña de Malmö, decidió capturar con su cámara a otros hombres que como él, se quedaban con sus niños en casa en algún momento.
El resultado de su trabajo es realmente impresionante, pues refleja cómo se vive la paternidad hoy en día, en un país donde la igualdad de género está cada vez más presente. “Todo comenzó cuando estaba en casa con mi propio hijo. Eso fue hace un año y medio. No pude encontrar literatura o algo dirigido a los padres. El sistema en Suecia y en otros países, es más dirigido a la mujer en la familia. Quería averiguar si podía ver modelos de roles de padre que se pudieran relacionar. Yo no quería conseguir papás estupendos. Quería tener papás que mostraran las dificultades de tener un niño”, comentó a la revista estadounidense Cosmopolitan. 
“Estar en el hogar, no siempre es fácil – es como un trabajo de tiempo completo, o incluso más”, añadió el artista, afirmando que esto es algo que las mujeres han hecho por siglos y a la mayoría no le parece admirable. Asimismo, indica que si en sus fotos aparecieran mujeres, probablemente a pocos le llamaría la atención, porque ese rol en ellas se da por garantizado. 
“Al principio pensé que era una cuestión económica (…) Pero mientras tomé estas fotos, me di cuenta de que era también un fallo estructural y un fracaso cultural”, agregó. 
Además, el fotógrafo señaló que pasar tiempo con los hijos es primordial para establecer una conexión con ellos, además permite comprender mejor a la pareja. 
“Tener un hijo es difícil – no duermes lo suficiente, puedes estar enojado, cansado y frustrado-. Ser capaz de estar en casa te ayuda a entender a tu pareja y tener una mejor relación”, planteó.

Con respecto al objetivo de su proyecto, dijo que quería abrir el debate y la discusión en torno al tema. “Recibí un correo electrónico diciendo que desde la Comisión Europea querían que yo fuera a hablar sobre el tema. Quiero que la gente hable de este trabajo y que todos sepan que todo el mundo es capaz de cuidar de los niños. Es algo que tienes en tus genes. Cuando tienes un hijo, una madre no es mejor que un padre para cuidar de los niños. No hay algo biológicamente predispuesto que diga que la madre es mejor. No lo es. Es algo que se aprende por ensayo y error”, concluye.
Fuente: Mejor Ahora
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viernes, 20 de febrero de 2015

"Fortalezcan sus corazones" mensaje de la Cuaresma del Papa Francisco

La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos.
Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen… Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más urgentes sobre los que quiero detenerme en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.
La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan.
Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la muerte y resurrección del Hijo de Dios, se abre definitivamente la puerta entre Dios y el hombre, entre el cielo y la tierra.
Y la Iglesia es como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la Palabra, la celebración de los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa por la caridad (cf. Ga 5,6). Sin embargo, el mundo tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo en Él. Así, la mano, que es la Iglesia, nunca debe sorprenderse si es rechazada, aplastada o herida.
El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.
1. La Iglesia: «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co 12,26)  
La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres.
Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen "parte" con Él (Jn 13,8) y así pueden servir al hombre.
La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran con él» (1 Co 12,26).
La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los santos, pero a su vez porque es comunión de cosas santas: el amor de Dios que se nos reveló en Cristo y todos sus dones. Entre éstos está también la respuesta de cuantos se dejan tocar por ese amor. En esta comunión de los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para todos.
Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer algo también por quienes están lejos, por aquellos a quienes nunca podríamos llegar sólo con nuestras fuerzas, porque con ellos y por ellos rezamos a Dios para que todos nos abramos a su obra de salvación.
2. Las parroquias y las comunidades: «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9) –
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida de las parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc 16,19-31).
Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es preciso superar los confines de la Iglesia visible en dos direcciones.
En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia.
La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia y para las almas» (Carta 254,14 julio 1897).
También nosotros participamos de los méritos y de la alegría de los santos, así como ellos participan de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación. Su alegría por la victoria de Cristo resucitado es para nosotros motivo de fuerza para superar tantas formas de indiferencia y de dureza de corazón.
Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres.
Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere llevar toda la realidad y cada hombre al Padre. La misión es lo que el amor no puede callar. La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1,8). Así podemos ver en nuestro prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió y resucitó. Lo que hemos recibido, lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos poseen es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.
3. La persona creyente «Fortalezcan sus corazones» (St 5,8)  
También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia —también a nivel diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos.
Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est, 31).
Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.
Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma: "Fac cor nostrum secundum Cor tuum": "Haz nuestro corazón semejante al tuyo" (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia.
Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente y toda comunidad eclesial recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.

 Fuente: aicaprensa.com
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jueves, 29 de enero de 2015

EE UU: Marcha en defensa de la vida y por la revisión de leyes pro aborto

En el 42do aniversario del fallo de la Suprema Corte de Justicia de los EEUU que permitió la práctica del aborto, la semana pasada se realizó en ese país la "Marcha a favor de la vida", con la que cada año se conmemora a los niños "descartados" que, de acuerdo a las estadísticas, a la fecha suman más de 56 millones.
La Junta de la Marcha, encargada de la organización de esta manifestación multitudinaria realizada en Washington, expresó su satisfacción porque la convocatoria contó con la asistencia de personas de todas partes del país, y porque cada vez hay más gente joven pronunciándose a favor de la vida.
La oración previa al inicio de la marcha estuvo a cargo del arzobispo Joseph Kurtz, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, quien pidió a los presentes que no sólo sean alegres testigos del Evangelio de la vida, sino también que se muestren amorosos y con actitud de acogida hacia las personas que cruzan por circunstancias extremas.
Junto a los obispos católicos participaron también Patriarcas y Obispos de la Iglesia Ortodoxa Griega, Ortodoxa Antioqueña, Ortodoxa Americana y Ortodoxa Serbia, como también un gran número de legisladores y dirigente de diversas entidades, todos ellos integrantes de la denominada "generación provida", que están promoviendo una revisión de la legalización del aborto en todo el mundo.
Una de las consignas de este encuentro fue la de concientizar a todo el planeta que el aborto es un acto de violencia para el niño por nacer, pero también para la madre que se somete a esa práctica. Por su parte el lema elegido fue "Cada vida es un don", al considerarse que también es un regalo la vida de aquellos que tienen dificultades o padecen alguna discapacidad.
Precisamente junto a la marcha a favor de la vida fue recordado el 25to aniversario de la ley que protege contra la discriminación a los niños con capacidades diferentes. En este sentido se contó con la presencia de integrantes de KIDS, cuyas siglas en español significan, Protegiendo a los Niños con Síndrome de Down.
Con esta manifestación ha quedado demostrado, una vez más, que la responsabilidad en la defensa de la vida no sólo es de los políticos o dirigentes sectoriales, sino también de los ciudadanos o de las personas comunes, quienes son los que verdaderamente tienen que pronunciarse a favor de sus semejantes. En el 42do aniversario del fallo de la Suprema Corte de Justicia de los EEUU que permitió la práctica del aborto, la semana pasada se realizó en ese país la "Marcha a favor de la vida", con la que cada año se conmemora a los niños "descartados" que, de acuerdo a las estadísticas, a la fecha suman más de 56 millones.
La Junta de la Marcha, encargada de la organización de esta manifestación multitudinaria realizada en Washington, expresó su satisfacción porque la convocatoria contó con la asistencia de personas de todas partes del país, y porque cada vez hay más gente joven pronunciándose a favor de la vida.
La oración previa al inicio de la marcha estuvo a cargo del arzobispo Joseph Kurtz, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, quien pidió a los presentes que no sólo sean alegres testigos del Evangelio de la vida, sino también que se muestren amorosos y con actitud de acogida hacia las personas que cruzan por circunstancias extremas.
Junto a los obispos católicos participaron también Patriarcas y Obispos de la Iglesia Ortodoxa Griega, Ortodoxa Antioqueña, Ortodoxa Americana y Ortodoxa Serbia, como también un gran número de legisladores y dirigente de diversas entidades, todos ellos integrantes de la denominada "generación provida", que están promoviendo una revisión de la legalización del aborto en todo el mundo.
Una de las consignas de este encuentro fue la de concientizar a todo el planeta que el aborto es un acto de violencia para el niño por nacer, pero también para la madre que se somete a esa práctica. Por su parte el lema elegido fue "Cada vida es un don", al considerarse que también es un regalo la vida de aquellos que tienen dificultades o padecen alguna discapacidad.
Precisamente junto a la marcha a favor de la vida fue recordado el 25to aniversario de la ley que protege contra la discriminación a los niños con capacidades diferentes. En este sentido se contó con la presencia de integrantes de KIDS, cuyas siglas en español significan, Protegiendo a los Niños con Síndrome de Down.
Con esta manifestación ha quedado demostrado, una vez más, que la responsabilidad en la defensa de la vida no sólo es de los políticos o dirigentes sectoriales, sino también de los ciudadanos o de las personas comunes, quienes son los que verdaderamente tienen que pronunciarse a favor de sus semejantes.
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jueves, 25 de diciembre de 2014

Papa Francisco: "La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oir la voz del Amor"

Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma. El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida. Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida. La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir. Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad.
Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor. La estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor. Eres también los reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien. La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti. El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano. La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos. La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y reestableces la paz, aun cuando sufras. La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa de confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti. Una muy Feliz Navidad para todos los que se parecen a la Navidad.
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miércoles, 17 de diciembre de 2014

¡Feliz cumpleaños, papa Francisco!

Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio es el 266º y actual papa de la Iglesia Católica. Fue elegido el 13 de marzo de 2013 luego de la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave.
En 1969 fue ordenado sacerdote de la Compañía de Jesús. Entre 1973 y 1979 fue el superior provincial de los jesuitas en Argentina. Entre 1980 y 1986 fue rector del Colegio Máximo y de la Facultad de Filosofía y Teología de San Miguel. Luego de un breve paso por Alemania y por Buenos Aires, se estableció en la provincia argentina de Córdoba durante seis años.
El 20 de mayo de 1992, san Juan Pablo II lo designó obispo titular de la Diócesis de Oca y uno de los cuatro obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Luego de desempeñarse como vicario general de Quarracino, el 3 de junio de 1997 fue designado arzobispo coadjutor de Buenos Aires con derecho a sucesión, por lo que ocupó el cargo de su mentor en el episcopado tras su muerte, el 28 de febrerode 1998, convirtiéndose también en el gran canciller de la Universidad Católica Argentina.

El papa Juan Pablo II creó a Bergoglio cardenal presbítero de San Roberto Belarmino el 21 de febrero de 2001. Tras la muerte de dicho pontífice, el 2 de abril de 2005, fue considerado como uno de los candidatos para ocupar el solio de san Pedro, cargo para el que fue elegido finalmente el alemán Joseph Ratzinger, quien adoptó el nombre papal de Benedicto XVI.
Bergoglio fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos consecutivos, desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. Impedido por los estatutos de asumir un nuevo mandato, durante la 102.ª asamblea plenaria de ese organismo se eligió al arzobispo de la arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, para sucederlo. 
El 13 de marzo de 2013, el cónclave que se celebró tras la renuncia de Benedicto XVI eligió como papa a Jorge Mario Bergoglio, quien manifestó su voluntad de ser conocido como 'Francisco' en honor del santo de Asís. Bergoglio es el primer papa jesuita y el primero proveniente del Hemisferio sur. Es el primer pontífice originario de América, el primero hispanoamericano y el primero noeuropeo desde el sirio Gregorio III —fallecido en 741—.
Habla fluidamente español como lengua materna, italiano, alemán, francés e inglés. Conocido por su humildad, su preocupación por los pobres, marginados y sufrientes de distinta extracción, y su compromiso de diálogo con personas de diferentes orígenes y credos, Francisco mostró una variedad de gestos pastorales indicativos de sencillez, entre los que se incluyen su decisión de residir en la casa de huéspedes del Vaticano en lugar de la residencia papal usada por sus antecesores desde 1903. Al poco tiempo de su elección, en al año 2013 la revista Time lo consideró una de las cien personas más influyentes, incluyéndolo en el grupo de los «líderes», y meses más tarde lo nombró «persona del año» 2013. Su fotografía fue portada de la revista Rolling Stone internacional en dicho año.
Primeros años
 Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio (contador, empleado en el ferrocarril) y Regina María Sívori (ama de casa).
Sus padres lo bautizaron el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos. Durante su infancia fue alumno de sexto grado en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles  y estudió en la escuela secundaria industrial Escuela Nacional de Educación Técnica n.º 27 Hipólito Yrigoyen, en la que se graduó como técnico químico, tras lo cual estuvo trabajando en el laboratorio Hickethier-Bachmann, realizando análisis bromatológicos destinados a controlar la higiene de productos alimenticios. Ya en esa época sentía una fuerte vocación religiosa.
En su juventud, una enfermedad hizo que fuese sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón. A pesar de ello, según los médicos, el tejido que le falta a su pulmón no tiene impacto significativo en su salud. La única preocupación sería una disminución en la reserva de la respiración si llegara a padecer una infección respiratoria.
Sacerdote jesuita
Con 21 años, en 1957 decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto y entró en el noviciado de la Compañía de Jesús.  De 1964 a 1966 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.
En 1966 Jorge Bergoglio y varios jesuitas de la Universidad del Salvador eran directores espirituales de los jóvenes integrantes católicos que ingresaron a la agrupación juvenil peronista Guardia de Hierro después de la Noche de los Bastones Largos.  
Entre 1967 y 1970 cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José, en San Miguel. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de1969, a los casi 33 años de edad.
Entre 1970 y 1971 realizó en la ciudad española de Alcalá de Henares la tercera probación de su noviciado, la última prueba necesaria para ingresar definitivamente en la Compañía de Jesús.  
El 31 de julio de 1973 fue nombrado provincial de los jesuitas argentinos, cargo que ocupó hasta 1979.
En 1976 comienza una nueva dictadura militar en Argentina en el marco de la cual varios sacerdotes fueron víctimas de secuestros, torturas y muerte, especialmente los vinculados al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. En este escenario, Francisco, como provincial de los jesuitas, tuvo diálogo con sacerdotes en peligro de secuestro y con otros religiosos que habían sido liberados.  Desde 1980 hasta 1986, fue rector del Colegio Máximo de San Miguel y de las Facultades de Filosofía y Teología de esa casa de estudios, así como primer párroco de la Parroquia del Patriarca San José, ubicada en el humilde barrio San José de la localidad bonaerense de San Miguel.
Obispo y cardenal
Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Oca  el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires. Cuando la salud de su predecesor en la Arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a debilitarse, Francisco fue designado arzobispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997. Al fallecer Quarracino lo sucedió en el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998, cargo que lleva añadido el título de primado de la Argentina, y el de gran canciller de la Universidad Católica Argentina.  Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, san Juan Pablo II lo creó cardenal con el titulus de San Roberto Belarmino. El mismo Bergoglio, una vez investido como papa y en el marco del consistorio del 22 de febrero de 2014 designó como titular del mismo a su sucesor en el arzobispado porteño, el cardenal Mario Aurelio Poli.
Como cardenal formó parte de la Comisión para América Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Por ser arzobispo de Buenos Aires era también miembro de la Conferencia Episcopal Argentina, de la que fue presidente en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. 
En 2005, el cardenal Bergoglio, ya siendo presidente de la Conferencia Episcopal, autorizó la tramitación de la causa para la beatificación de los seis miembros de la sociedad de vida apostólica de los Padres Palotinos, que fueron asesinados en 1976 en la conocida masacre de San Patricio. Al mismo tiempo, Bergoglio ordenó investigar la masacre en sí, que se le atribuye mayoritariamente al régimen militar argentino.
Como arzobispo y cardenal, Bergoglio fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Optó por promover el diálogo y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; así como por reforzar la tarea pastoral en las parroquias, aumentando la presencia de sacerdotes en las villas y barrios marginales. Esto hizo que fuese conocido como «el Obispo de los pobres».
El sociólogo Fortunato Mallimaci indicó que «tuvo mucha presencia en actos contra la trata de personas, en favor de las víctimas de accidentes de tránsito o de las tragedias de la discoteca Cromañón (2004) y de la estación ferroviaria de Once (2012)». Presidió misas con prostitutas, visitó las cárceles y dio libertad para que actuaran los sectores progresistas de la Iglesia.
Un estilo de vida sencillo ha contribuido a la reputación de su humildad: vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia palaciega episcopal, renunció a su limusina y a su chofer en favor del transporte público, y cocinaba su propia comida. Disfrutaba de la ópera, el tango y el fútbol. Es también un apasionado lector de Fiódor Dostoievski y Jorge Luis Borges, además de autores clásicos.
Bergoglio, antes de ser elegido papa, presentó su renuncia como arzobispo al cumplir los 75 años, de acuerdo al Derecho canónico. Tenía previsto jubilarse una vez fuese nombrado su sucesor y retirarse a un hogar para los sacerdotes mayores o enfermos, donde ya tenía reservada una habitación; para después llevar una vida de oración y de dirección espiritual, alejada del gobierno eclesiástico.
Cónclave de 2005
Al fallecer san Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba el entonces cardenal Bergoglio, considerado papable, y de quien se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido, es decir, el segundo lugar detrás del cardenal Joseph Ratzinger, quien fue elegido y se convirtió en Benedicto XVI, 265.º papa hasta febrero de 2013.
Elección al papado
Durante el cónclave de 2013 se lo consideró como un candidato reformista, con edad y capacidad para reformar la curia romana. A pesar de ello, no figuraba entre los papables más sonados. Pero antes de que se hiciese efectiva su renuncia, Benedicto XVI había tenido un gesto hacia Jorge Mario Bergoglio: lo había designado como miembro de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), lo que se interpretó como un mensaje implícito de confianza.
Fue el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, quien dio a conocer un documento único con la ponencia de Jorge Mario Bergoglio ante los cardenales inmediatamente antes del cónclave. Este documento incluye cuatro puntos:
1.   En el primer punto expresó: «La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria».
2.   En el segundo párrafo caracterizó a la institución como una Iglesia «autorreferencial», centrada en sí misma, una tendencia que enferma a la institución.
3.   En el tercer punto, Bergoglio profundizó este problema. «La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia... y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual».
4.   En el cuarto punto hizo un comentario sobre las características que él consideraba debía tener un papa actual. El pontífice sería, explicó Bergoglio, «un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo... ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales».
Elección
El papa Francisco, recién elegido, se asoma para saludar a la gente presente en la plaza de San Pedro.
A las 19:06 del 13 de marzo de 2013, en la quinta ronda de votaciones del segundo día del cónclave, el cardenal Bergoglio fue elegido sucesor de Benedicto XVI.
Es el primer papa de procedencia americana y el primero que no es nativo de Europa, Oriente Medio o el norte de África. También destaca por ser el primer pontífice no europeo desde el año 741, año en el que falleció Gregorio III, que era de origen sirio. Además, es el primer papa perteneciente a la Compañía de Jesús.

Tomó el nombre de Francisco y, en su primera aparición pública, elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI. Acto seguido, dijo que comenzaba «un camino», y pidió a los fieles que rezaran «unos por otros para que haya una gran fraternidad». «Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización», añadió. Además, pidió una oración en silencio por él para que Dios le ayudara en su labor.
Fuente: wikipedia.org
Editado por Antonio
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CON JESÚS EN MI VIDA

lunes, 17 de noviembre de 2014

Nuestra Señora del Carmen

Santa María del Monte Carmelo, referida comúnmente como Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, es una de las diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel, un nombre que deriva de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como 'jardín'. Existen hoy en activo órdenes carmelitas repartidas por todo el mundo, masculinas y femeninas, las cuales giran en torno a esta figura mariana.
En España y Costa Rica es patrona del mar, también es patrona de la Armada Española. Es considerada Reina y Patrona de Chile, de sus Fuerzas Armadas y de los Carabineros; es patrona de la Policía Nacional de los colombianos, los transportadores en Colombia; en Bolivia es la patrona de la Nación y de sus Fuerzas Armadas; en el Perú es “Patrona del Criollismo” y "Alcaldesa de la Ciudad de Lima"; y en Venezuela es la patrona del Ejército. Además, fue la patrona del Ejército de los Andes que liderado por el general José de San Martín, gestó la independencia de Argentina y Chile.
Esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman CarmenCarmela o Carmelo, celebrando su onomástica el día de la fiesta de esta Virgen, el 16 de julio.
La veneración cristiana se remonta a los ermitaños devotos del lugar que, después de las cruzadas, formaron en Europa la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas). El Monte Carmelo, actual Israel, ha sido un sitio de devoción religiosa desde la antigüedad. En la Biblia Hebrea se le menciona con el nombre de Hakkarmel (lugar del jardín), en el libro del profeta Isaías como un lugar de gran belleza y aparece también en relación al profeta Elías. No aparece, sin embargo, en el Nuevo Testamento.
Según la tradición carmelita, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le habría aparecido a San Simón Stock, superior general de la Orden, a quien le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. La veneración recibió reconocimiento papal en 1587. Según esa tradición devota, la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo, creencia que ha sido respaldada por los Pontífices. La iconografía principal de la Virgen la muestra portando dicho escapulario.

Oraciones a la Virgen del Carmen
Súplica para tiempos difíciles
"Tengo mil dificultades: ayúdame. De los enemigos del alma: sálvame. En mis desaciertos: ilumíname. 
En mis dudas y penas: confórtame. En mis enfermedades: fortaléceme. Cuando me desprecien: anímame. En las tentaciones: defiéndeme. En horas difíciles: consuélame. Con tu corazón maternal: ámame. Con tu inmenso poder: protégeme. Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Virgen del Carmen, ruega por nosotros. Amén."

Acción de gracias y ofrecimiento
¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido, agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor, y toda nuestra vida, que queremos emplear en el amor y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción. Amén.

Oración
Oh Dios, que adornaste a la Orden de la Beatísima siempre Virgen y Madre tuya María con el singular título del Carmelo: concede propicio que escudados con los auxilios de aquella cuya conmemoración celebramos, seamos dignos de llegar a los gozos eternos. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.
Concluir cada día con tres avemarías.
Fuentes: varias
Editado por Antonio
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martes, 15 de abril de 2014

¿Qué es la Semana Santa?

Explicación de la celebración
La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.
A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua. 
Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua. 
Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.
La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.

Domingo de Ramos
Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las bendigan ese día y participamos en la misa.

Jueves Santo
Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo.

Viernes Santo
Ese día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con un Via Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz.

Sábado Santo o Sábado de Gloria
Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “ la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.

Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua
Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida.

¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?
El pueblo judío celebraba la fiesta de pascua en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto, el día de la primera luna llena de primavera. Esta fecha la fijaban en base al año lunar y no al año solar de nuestro calendario moderno. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de día, pues se le hace coincidir con la luna llena.
En la fiesta de la Pascua, los judíos se reunían a comer cordero asado y ensaladas de hierbas amargas, recitar bendiciones y cantar salmos. Brindaban por la liberación de la esclavitud.
Jesús es el nuevo cordero pascual que nos trae la nueva liberación, del pecado y de la muerte.

Sugerencias para vivir la Semana Santa
Asistir en familia o a los oficios y ceremonias propios de la Semana Santa porque la vivencia cristiana de estos misterios debe ser comunitaria.
Se puede organizar una pequeña representación acerca de la Semana Santa.
Poner algún propósito concreto a seguir para cada uno de los días de la Semana Santa.

Elaborar unos carteles en los que se escriba acerca de los días de la Semana Santa y algunas ideas importantes acerca de cada uno de los días.
Fuente: Catholic.net
Editado por Antonio
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