lunes, 26 de octubre de 2009

Testimonio de Carlos Yaquino sobre sus primeros 35 años en la Obra

Queridos hermanos y hermanas, hace poco el Señor me regaló asistir con mi comunidad al retiro de nivel (Profu III y IV) en Paraná. ¡Fue hermoso y bendecido en todo sentido!
Pero quería compartirles una gracia del domingo en el ratito de meditación personal por la mañana.
Caminaba orando en el pastito verde cuando vino a mí la conciencia de que estaba cumpliendo 35 años en el Señor. Es verdad, comencé a orar en los grupos del Janer allá por 1974. Tenía 18 años. Vívidamente llegaron los recuerdos de todo este tiempo, y cómo el Señor me había cuidado: aquellos comienzos en la "casita de Alberdi" con Ricardo, la "noche de oración" en San Miguel en noviembre donde por fin me confesé y pude liberarme y orar en voz alta con gestos, el verano recibiendo las bendiciones de tres hermanas flamantes "carismáticas", la Pascua II con su efusión del Espíritu del Resucitado, los anuncios en el tren de regreso, los primeros trabajos como técnico electrónico, aprender a administrar los bienes, el servicio en la naciente revista Cristo Vive como fruto de la jornada de Pentecostés, el estudio en la facultad...
El Cursillo I del '76 fue saber cómo era el Cielo y decidirme a alcanzarlo para todos. Anuncio, Señorío, martirio. Luego la fidelidad a las reuniones en medio del proceso militar, la lucha ante las tentaciones que vinieron, la inspiración del "Discernir lo que agrada al Señor", el camino vocacional, el ora-et-labora de la revista, la coordinación de los grupos, el poder de la alabanza, el servicio en otras Pascuas, la terapia simbólica, buscar una compañera y encontrarla en la Misa de Padres del Janer, comenzar a salir, los
campamentos de verano, la Convivencia aniversario...
Los viajes a Quilmes en tren para ver al pastor, caminar la dedicación, las Jornadas de María multitudinarias, el departamento alquilado en Boedo por la diócesis de san Justo, el casamiento en 1983, la democracia y el "Nunca más", nuestro primer hijo en 1984, el trabajo como docente en el Pío IX, la mudanza a la casita propia en Villa Luro, el trabajo en telefonía, la venida a Ituzaingó (Corrientes) en 1987 por "1 mes con opción a 3", me recibí de ingeniero...
En fin, hace 22 años que estamos aquí como matrimonio misionero, sembrando y cultivando una comunidad pastoral, ayudando en la catequesis local, participando de la Obra desde el confín del Litoral.
Tuvimos 3 hijos más, progresé en el trabajo profesional. Y el Señor siempre estuvo sosteniéndome con su fuerza y asistencia. Domesticándome de a poco, debo decir.
Aquella mañana mi corazón quedó lleno de una serena e inmensa gratitud a mi Padre y Creador. Yo soy testigo de su fidelidad de Roca. Sus palabras se han cumplido exactamente. Terminé pidiendo una palabra: El espíritu nuevo prometido a los exiliados: "Así habla el Señor: Sí, yo los conduje a naciones lejanas; sí, yo los dispersé entre los pueblos, pero soy momentáneamente un santuario para ellos, en los países adonde han ido. Así habla el Señor: Yo los reuniré de entre los pueblos, los congregaré de entre los países donde han sido dispersados y les daré la tierra de Israel. Ellos entrarán allí y exterminarán todos los ídolos y todas las abominaciones. Yo les daré otro corazón y pondré dentro de ellos un espíritu nuevo: arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, a fin de que sigan mis preceptos y observen mis leyes, poniéndolas en práctica. Así ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios" (Ez 11,16-20).
Amén!! Y en la asamblea de la tarde el Señor me colmó de bendiciones para otros 35 años!
¡Que viva el Rey mi Soberano!!
Carlos
Editado por Antonio
Administrador del blog
CON JESÚS EN MI VIDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario