viernes, 5 de noviembre de 2010

Las distintas iglesias y su influencia en las elecciones de Brasil

Las elecciones brasileñas de octubre de este año estuvieron marcadas en buena medida por temas planteados por las iglesias evangélicas y pentecostales. Varios analistas creen que fue la impronta de este sector lo que impidió a la candidata oficialista Dilma Rousseff vencer en la primera vuelta y no pocos aseguran que el resultado final estuvo influenciado por las opiniones y decisiones de esas iglesias.
En Brasil, donde el 73,6% de la población dice ser católica y otro 15,4% se declara evangélica, la cuestión llegó a los templos, donde muchos sacerdotes instaron a sus fieles a ser consecuentes con sus creencias a la hora de votar.
Los pastores Silas Malafaia, de Río de Janeiro, y José Wellington, de São Paulo, de la Asamblea de Dios, grabaron mensajes de apoyo al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, José Serra. El Consejo de Pastores de São Paulo, que reúne a denominaciones protestantes, estima que cerca de 80.000 pastores apoyaban a Serra. Rousseff llegó a perder hasta 5% en las encuestas, y tuvo que ratificar en un documento su condición de cristiana "en favor de la vida" y comprometerse a no alterar las leyes que prohíben el aborto y el matrimonio entre homosexuales.
Lo cierto es que la llamada bancada evangélica, integrada por pastores, creció de forma exponencial pasando de 41 diputados y dos senadores a 68 diputados y tres senadores, un aumento del 65%. Entre los electos destacan 19 parlamentarios de las Asambleas de Dios (que tenía sólo nueve diputados), 11 de la Iglesia Bautista, cinco de la Presbiteriana, cuatro del Evangelio Cuadrangular, tres de la Iglesia Internacional y dos de la Maranata, entre las más destacadas. En total suman 12,5% de la cámara.
Por el contrario, la bancada católica se redujo de 30 a 21 diputados activos, en general sacerdotes.
La composición del Congreso revela el ascenso de denominaciones que ya cuentan con 25 por ciento de fieles mientras la Iglesia Católica los pierde día a día. Buena parte de los intelectuales de izquierda aseguran que el fenómeno revela un "creciente conservadurismo" en el electorado. La última encuesta del instituto Vox Populi avalaría esa interpretación: mientras Dilma contaba con 51% de las intenciones de voto y Serra tenía 39%, entre los votantes evangélicos Dilma caeía hasta 42% sobrepasada por Serra que llegaba a 44%.
Por el contrario, entre los católicos, la oficialista llevaba ventaja: 54% frente a 37% de Serra.
Buena parte de los parlamentarios evangélicos apoyan a la candidata de Lula y al gobierno del PT. La mayoría de los diputados de las Asambleas de Dios apoyan a Dilma, en una campaña articulada por el pastor Manoel Ferreira, presidente de esa iglesia. Los ocho diputados del Partido Republicano Brasileño (PRB) pertenecen a la secta Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), a la que pertenece el vicepresidente José Alençar.
Para hacerse una idea de la fuerza social de los evangélicos, debe considerarse que sólo la IURD contaba en 2006 con 3.500 templos, 50 radios, 70 emisoras de televisión, un banco y varios diarios. Quizá el principal cambio registrado es que, como apunta Joao Campos, diputado vinculado a las Asambleaa de Dios, los líderes ahora están siendo más osados para orientar al pueblo. Parece evidente que las iglesias evangélicas y pentecostales han decidido avanzar en la construcción de un Mundo Nuevo con su creciente arraigo.
Los fieles, en particular en las favelas, no son objetos pasivos de los predicadores sino sujetos que encuentran en esas iglesias respuestas a sus problemas cotidianos. El urbanista estadunidense Mike Davis sostiene que el pentecostalismo es el mayor movimiento de pobres urbanos del mundo (“De la ciudad de Blade Runner a la del Black Hawk derribado”, en Sin Permiso, 3 de julio de 2006). En su opinión no es una fuerza reaccionaria sino un sistema sanitario paralelo, que consigue que los varones reduzcan su propensión a emborracharse, a salir con prostitutas o gastarse el dinero en juegos, lo que redunda en una ostensible mejora de la vida familiar que incluye una reducción de la violencia doméstica.
En la misma línea de pensamiento Marco Fernandes, sociólogo y militante del Movimiento de los Sin Techo en Sao Paulo, reflexiona desde su vida cotidiana en la favela: La gente tiene en sus barrios una vida monótona, los domingos no hay nada que hacer porque el barrio es feo, no tiene servicios, ni cine, ni teatro, ni cancha de futbol. La única posibilidad de tener una experiencia agradable es ir a la iglesia pentecostal, donde hay música, baile, puedes encontrar o hacer amigos y sentirte parte de una comunidad.
En los templos hay guarderías donde las mujeres, principales personajes en sus barrios, pueden dejar a sus hijos. Los fieles reciben un trato directo y personal, los pastores se colocan en el lugar de la gente antes de darles consejos... Por último, las denominaciones evangélicas ocupan el lugar de las comunidades eclesiales de base católicas, cuyas prácticas más racionales eran adecuadas para un período en el que predominaba la familia nuclear, el empleo fijo, los niños en la escuela y un futuro por delante. Con el neoliberalismo aquellos métodos ya no funcionan porque el protagonista ya no es el obrero calificado sino la mujer y sus hijos, que no tienen futuro en esta sociedad.
En la recta final de las elecciones los dos candidatos iban a misa para atraer votos y dijeron rechazar el aborto. Según Carlos Rodrigues, profesor en la Universidad de Campinas y experto en religión, los renovadores pentecostales tienen "un poder de conversión de masas nunca visto antes". "Adoptan estructuras dignas de empresas, proponen una oración salvadora, y sustituyen los desafíos que plantean las promesas de salvación eterna por una oferta generosa de éxito inmediato en esta vida, que resulta de entregarse y servir personal y económicamente al Señor en la comunidad eclesial".
Editado por Antonio
Administrador del blog
CON JESÚS EN MI VIDA

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