Quitarle la vida a una persona es un asesinato. Pero peor aún es, si tú posees filosas espadas, armas químicas, tecnología de punta y hasta aliados y ella no tiene nada con que defenderse.
Y peor aún si tú sabes el día y la hora en que atacarás y ella no.
Y peor aún si ella no sospecha que le quieres quitar la vida, ya que nunca te ha hecho ningún mal, más aún, ella cree que tú, eres el ser que más la ama en este mundo.
Y peor aún si planeas cometer el delito en un lugar donde no haya testigos, para que ni si quiera se pueda hacer justicia en un futuro.
Y peor aún si ella no puede de ninguna forma pedir ayuda.
Y peor aún, si a esa persona la tienes acorralada y no puede escapar.
Y peor aún, si esa persona es inocente.
Y peor aún si luego destruirás su cuerpo para no dejar evidencia.
Y peor aún, si se trata de un niño.
Y peor aún, si ese niño es tu hijo.
Sí, aunque no lo creas, esta crueldad inimaginable que no debería existir, existe, y la hemos disfrazado con el nombre de aborto, para generar menos culpa quizás. El asesinato a un niño por nacer, es el crimen más cobarde, egoísta y abominable que ha conocido la humanidad. Por más que haya más cobardes y egoístas para votar, que gente sensata en este mundo, eso nunca cambiará la realidad.
Por favor, seamos responsables de nuestros actos, enfrentemos con valentía lo que nos toca vivir.
Si una mujer es violada, la justicia deberá encarcelar al violador y brindar apoyo al damnificado, ¿porqué sumarle un crimen a la desgracia de una violación?, y menos si el que morirá es un niño inocente, indefenso, que no puede escapar ni pedir ayuda, por eso tú y yo, debemos pedirla por él.
Por Lic. Javier Viganó
Editado por Antonio
Administrador del blog
CON JESÚS EN MI VIDA
No hay comentarios:
Publicar un comentario