martes, 16 de marzo de 2010

La oración: garantía de satisfacción en la vida matrimonial

"Hace poco charlaba con un joven que estaba molesto por la súbita ruptura que acababa de experimentar con su novia. Ella le había dado un ultimátum: quería una propuesta de matrimonio, o se terminaba. Las lágrimas en sus ojos me dijeron lo que había elegido.
A medida que seguimos hablando, confesó que, aunque amaba mucho a esta chica, el matrimonio le daba un miedo mortal. Había crecido viendo morir el matrimonio de sus padres, una muerte larga y dolorosa que finalmente terminó en divorcio, y estaba aterrorizado de que le ocurriera lo mismo. Temblando, dijo: "le dije a mi novia, que antes de que pudiera casarme con ella iba a necesitar una garantía de que esto no nos ocurriría a nosotros".
"Desgraciadamente para él, no hay garantías en el matrimonio. Al menos eso es lo que yo pensaba. Entonces, un día en el auto, escuchando una transmisión de Vida Familiar Hoy, el pastor Will Davis, Jr. (autor de “Ore mucho por su matrimonio”), dijo algo que cambió mi forma de pensar: "el 1% de los matrimonios que oran juntos fracasa. ¡Eso significa que el 99% tiene éxito!."
En un mundo donde la tasa de divorcio se acerca al 60% (incluyendo los matrimonios cristianos), esto realmente me apasiona. ¿Se imaginan tener una garantía del 99% de que su matrimonio no fallará?"
"Aunque muchos podrían burlarse de esta estadística increíble, mi experiencia me dice que es verdad. He estado casada por 35 años, pero a los 10 años de matrimonio mi esposo y yo nos separamos durante 5 años. La diferencia entre los primeros 15 años y los últimos 20 años ha sido tener a Dios en el centro de nuestro matrimonio. Recuerdo que justo después de reconciliarnos con mi esposo, le compré como regalo un libro devocional para parejas. Ese libro estuvo en nuestra mesa de café por un año antes de que ealmente lo abrimos y empezamos a usarlo. Pero una vez que empezamos, no podíamos parar. Cada mañana leíamos el breve resumen, hablábamos un poco de él, y luego orábamos juntos. Es difícil de explicar, pero el efecto que tuvo en nuestra relación fue nada menos que increíble."
"A decir verdad, no pude darme cuenta si él estaba cambiando, o si yo estaba cambiando, pero estaba segura de que nuestro matrimonio estaba cambiando. Y fue un cambio bueno... muy bueno. Después de un tiempo ambos empezamos a notar que la vida era diferente, y no en el buen sentido, si salteábamos un día. Incluso hacíamos bromas al respecto, diciendo a nuestros amigos que, si hubiéramos dejado nuestra devoción y la oración común, aquel día acabaría en un escándalo. Lo no tan divertido es.... que era cierto.
En la casa donde crecí había una placa en la pared que decía: "La familia que reza unida, permanece unida." Siempre pensé que era una rima tonta, y realmente odiaba cuando mi papá nos llamaba a todos al living para el tiempo de oración en familia. Después de todo, como adolescente pasaban cosas mucho más importantes en mi vida, y lo consideraba una gran pérdida de tiempo. Supongo que mi padre sabía algo que yo no, y que me tomó tantos años aprenderlo."
Hoy ya hace muchos años que mi esposo y yo comenzamos a orar juntos, y el libro devocional que usamos para empezar, “Moments Together for Couples” (por Dennis y Barbara Rainey), se ve bastante ajado y con los bordes rotos. Pero no quiero una copia nueva. Ese libro es muy especial para nosotros, y su aspecto representa la batalla en la que hemos estado al luchar por nuestro matrimonio. Hoy, más que nunca, estamos en una lucha por la familia. Creo que Satanás tiene una misión especial contra las familias, y con la alta tasa de divorcios, parece estar ganando. Lamentablemente, como cristianos, no nos está yendo mucho mejor que el resto del mundo, y aquí está la razón: las estadísticas muestran que menos del 3% de los matrimonios cristianos oran juntos. Y eso tiene que cambiar. Así que... para todos ustedes en pareja, les tengo un desafío. Pónganse de acuerdo con su cónyuge para orar juntos, todos los días, durante los próximos 30 días. Cambiará su vida, ¡garantizado!"
Por Linda Strickland
Editado por Antonio
Administrador del blog
CON JESÚS EN MI VIDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario