viernes, 29 de enero de 2010

Llamado a los bautizados a vivir su sacerdocio

Los documentos de la Iglesia hablan muy bellamente del sacerdocio de los bautizados, y es una lástima que la inmensa mayoría de ellos ni conozca ni viva este don y esta noble misión que le ha sido confiada por el Señor.
Una misión que cambia nuestro ser:
Como sabemos, en la Iglesia existen dos tipos de sacerdocio: el ministerial, que es el de los que llamamos padres, ministros sagrados, clérigos o curas, y el sacerdocio común o real, al que pertenecen todos los bautizados, y el cual se reafirma con el sacramento de la confirmación (cf. 1 P 2, 9). En los dos sacerdocios, aunque de manera distinta, Dios produce cambios en lo más profundo del ser de las personas, los cuales se llaman cambios ónticos (“imprimen carácter”, se dice habitualmente). De los cambios ónticos en los bautizados dice Chritifideles laici: «El sacerdocio nace, pues, de la vida que Cristo le participa al creyente, y por la que lo ubica en la dimensión sobrenatural. Esta nueva vida causa, entonces, en el creyente un ser ónticamente diverso y superior al ser natural, y es el fundamento para la ley canónica posterior, que le reconoce su condición de persona en el bautismo. Por este sacramento Cristo convierte al laico en hijo de Dios y lo une a la Iglesia. Ungiéndolo con el Espíritu Santo, lo convierte también en templo del mismo Espíritu».
¿Por qué no estamos dispuestos a servir?:
Si todo esto causa en los bautizados el don de Dios, ¿por qué entonces existe tan poca disposición para vivir conforme a lo que Dios nos ha dado? Los cambios que nos hace el bautismo consisten en una capacitación necesaria no para ufanarnos, sino para orar, para ofrecer nuestros sacrificios unidos a los del Redentor. ¿Cómo anda cada uno en el cumplimiento de su misión sacerdotal? El profeta Oseas (Os 4, 4) denuncia que la culpa de que los hombres sufran las graves consecuencias del pecado es de los sacerdotes; los bautizados, la parte laical de la Iglesia, debe también sentirse interpelada por las palabras de Oseas.
Ser bautizado es uno de los más grandes regalos que en la vida hemos recibido quienes tenemos la dicha de serlo. Los documentos postconciliares hablan de los bautizados como miembros muy valiosos de la Vid, que es Cristo, quien de ninguna manera ve en nosotros simples trabajadores de una viña (cf. Christifideles laici, 8). Si fuéramos capaces de comprender las enormes consecuencias que tiene esto en nuestra vida, los bautizados nos sobrecogeríamos de alegría, pero también quedaríamos perplejos, con temor y temblor, invocando la ayuda de Dios. De ninguna manera estaríamos tan tranquilos.
Es muy grave el pecado de omisión:
Para vivir nuestro sacerdocio, a los bautizados nos toca participar en la oblación de la Eucaristía y en la recepción de los demás sacramentos; orar no sólo por nosotros mismos sino también por las necesidades de todos los hombres, y vivir de acuerdo a las exigencias del amor cristiano. Por eso, así como es sumamente grato encontrarnos con ministros sagrados que son fieles a su ministerio, y en cambio nos sentimos traicionados cuando nos enteramos de las faltas tan graves que algunos de ellos llegan a cometer, los bautizados debemos entender que no es menos grave nuestro pecado de omisión cuando nos cerramos a vivir nuestra misión sacerdotal. La porción laical de la Iglesia es la inmensa mayoría, y si ésta se acomoda en la mediocridad, no tiene derecho de rasgarse las vestiduras ante los errores de los ministros, porque tampoco ha vivido su propio sacerdocio con sinceridad.
Por Lilián Carapia filósofa y religiosa de las Misioneras Servidoras de la Palabra
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jueves, 28 de enero de 2010

Oración a la Humildad a San José

Enséñanos José :
como se es no protagonista,
como se avanza sin pisotear,
como se colabora sin imponerse,
como se ama sin reclamar.
Dínos José:
como se vive siendo número dos,
como se hacen cosas fenomenales desde un segundo puesto
Explícanos José:
como se es grande sin exhibirse,
como se lucha sin aplauso,
como se avanza sin publicidad,
como se persevera y se muere sin esperar un homenaje.
Por Padre Antonio Panato
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miércoles, 27 de enero de 2010

El Papa recomendó el libro "Una civilización del amor"

Benedicto XVI recomendó a los cristianos leer el libro "Una civilización del amor" de Carl Anderson, caballero supremo de los Caballeros de Colón. El pontífice se hizo presente en la presentación de la edición italiana en la sede de Radio Vaticano, con un telegrama, enviado en su nombre por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, en el que confiesa su esperanza en que esta "iniciativa editorial suscite una renovada fidelidad a Cristo y un generoso testimonio evangélico".
El libro, publicado por la Librería Editorial Vaticana, como explicó el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, constituye un "vademécum para los laicos católicos que se esfuerzan por construir una civilización del amor". De hecho, el padre Federico Lombardi s.j., director de la Oficina de Información de la Santa Sede y de Radio Vaticano, reconoció que este volumen, con "la claridad, así como la competencia, de los estadounidenses", "se presta mucho para la formación del laicado, gracias a las preguntas para la reflexión que presenta al final de cada capítulo".
El volumen, escrito por el responsable del movimiento católico más numeroso en la Iglesia Católica (los Caballeros de Colón cuentan en el mundo con 1 millón 700 mil adherentes), que ha sido best-seller en los Estados Unidos, sintetiza la enseñanza sobre la civilización del amor forjada por Juan Pablo II y Benedicto XVI y luego la aplica a la vida de los laicos, en la familia, en el mundo globalizado, o en la ética del mercado, en la defensa de la vida...
El padre Giuseppe Costa sdb, director de la Librería Editorial Vaticana, considera que este libro permitirá al lector europeo, y en particular el italiano, conocer la riqueza del catolicismo estadounidense, muy poco conocida en el viejo continente. "Nos presenta un nivel de cosas espirituales que hay que practicar para la construcción de nuestro yo interior y social".
Anderson explicó que al presentar su libro sobre la "civilización del amor" en el viejo continente, busca presentar la propuesta central de Juan Pablo II y Benedicto XVI, algo que "hoy es esencial para la discusión sobre la cultura y el cristianismo en Europa". En la presentación participaron, además, Franco Miano, presidente de la Acción Católica Italiana, movimiento que se siente particularmente hermanado a los Caballeros de Colón, y John Thavis, responsable de la oficina en Roma de la agencia estadounidense "Catholic News Service".
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martes, 26 de enero de 2010

Entrevista a una experta en Psicología Espiritual

Desde sus orígenes, la tradición psicológica abordó a la mente separada de la estructura emocional y del cuerpo. Sin embargo, la psicología espiritual emerge como un nuevo paradigma que se entrelaza con una cosmovisión en la que el hombre es inseparable del origen de la vida y el universo. Paloma Marchesi, pionera en esta indagación, recorre el mundo transmitiendo esta terapia.
A pesar de que una serenidad perenne la envuelve por arriba y por abajo, tiene un extraño carisma, una gracia inquieta, radiante e inefable: la plácida certeza de que vive en un sueño, “el sueño que Dios tiene para nosotros”, dirá más tarde.
La brisa crepuscular sopla fría en la tarde estival. Los nogales que rodean la antigua casa en la que vive junto a otras tres monjas ofrecen una lánguida danza mientras los pájaros rechiflan, lejos de la turbia ciudad. En Córdoba encontró otro mundo, dice, con un clima de cuatro estaciones y un frío invernal que no soporta su piel, habituada al clima tropical de Filipinas. “Fíjate que en 31 años no me puse zapatos, ni medias, ni suéter, siempre sudando y dejando un charquito detrás”.
A Filipinas la llevó la actividad misionera que emprendió al unirse a las monjas carmelitas, cuando se dio cuenta de que tenía un corazón demasiado grande para entregarlo a un solo hombre, –“un hombre era muy poco, tendría que tener como siete”, evoca con perspicacia–. Confiesa que al principio no quería venir a Córdoba, que anhelaba morir en Filipinas, cautivada por la intuición del asiático, por su asombro constante y por una espiritualidad que lamenta ausente en el occidental, que tapa el ‘tesoro’ que llevamos dentro bajo el absolutismo de la razón.
Hoy, tras años de trabajo en Indonesia, Tailandia, Taiwán, Corea, India y, por supuesto, su España natal, Paloma Marchesi dedica sus días a “derribar máscaras” en sus talleres de psico-espiritualidad. Y de eso, precisamente, se trata la psicología espiritual: del encuentro con uno mismo y con la propia historia para recuperar la identidad.
“Con estos talleres, estoy viendo que mucha gente que llega a los 40 se empieza a cuestionar: ‘¿Yo nací sólo para madre, sólo para ser esposa y tener una familia, o qué más hay?’ Todos a cierta edad nos hacemos ciertas preguntas, y si no las hacemos quiere decir que hemos puesto murallas psicológicas que nos impiden encontrarnos con nosotros mismos. Anselm Grün dice que cuando mueres, pasas a través de un túnel y con lo primero que te encuentras es contigo mismo a la luz de Dios. Ahí es cuando caen todas las máscaras y te encuentras con tu verdad. Entonces, si ya lo has hecho, ese encuentro no será tan fuerte. La idea es un poco que la gente se libere de esa máscara, de la prepotencia y el orgullo; no hay cosa más linda que ser humilde, porque el ser humano, dejado a sí mismo, es amor en su naturaleza esencial”.
Es tarde y la noche amenaza, pero Paloma no atina a mirar el reloj.  Frágil, delgada y con una indeleble sonrisa, mira a través de sus lentes directo a los ojos con inquebrantable transparencia. A medida que las palabras brotan de su boca casi con vida propia, sus párpados se encogen como buceando los límites de lo impenetrable, como si descifrara una verdad secreta. Y esa indagación no es otra cosa que un viaje, como ella lo designa, hacia el interior de uno mismo. “Es más fácil viajar a todos los mundos, viajar de Argentina a Filipinas, que viajar al interior de nosotros mismos. El hombre hoy no se entiende, está alienado y, como todo lo atrae, el materialismo, el hedonismo, el poder y el placer, se ha olvidado de que no está hueco por dentro, de que el alma es de cristal”.
En su cálida mirada, aquella niña no ha perdido si quiera un rayito de chispa rebelde, chispa que aún destella en sus ojos cada vez que enfrenta la inercia y, sin paradoja alguna, se deja llevar por el ensueño divino.
Por Valentina Primo
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lunes, 25 de enero de 2010

Oración: La armadura de Cristo

"Por el amor de Jesús y su sacrificio por mí, tengo el honor y el privilegio de ponerme el casco de la salvación, la coraza de la justicia de Dios y el cinturón de su verdad. Como calzado, me pongo la paz que viene de la Buena Noticia de Jesucristo, para que yo esté dispuesto a luchar en todo momento. Tomo la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios (Señor, por favor, recordame hoy las citas que derrotarán a Satanás y su reino de tinieblas), y el escudo de la fe detrás de la cual estoy firme y oro contra las flechas encendidas del enemigo.
Ato mi mente a la mente de Cristo. Ato mi voluntad a la voluntad de Cristo. Ato mis emociones a las emociones de Cristo. Ato mis deseos a los deseos de Cristo. Ato mis afectos a los afectos de Cristo. Ato mis pies a los caminos de Cristo. Ato mis manos a las obras de Cristo. Ato mi boca a las palabras de Cristo. Ato mis oídos a las palabras de Cristo. Ato mis ojos a la visión de Cristo. Ato mi carácter a la verdad de Cristo. Ato mi corazón al amor de Cristo.
Suelto de mi yo todo lo que no es como Cristo (la lujuria, los celos, la ira, el egoísmo, el orgullo, la arrogancia, los chismes, las críticas, los prejuicios, etc) y declaro todos esos aspectos de la vieja naturaleza pecaminosa muertos en Cristo Jesús (Gál 3,20). Me presento a mí mismo, un sacrificio vivo, como un instrumento de la justicia y no del pecado. Todo esto lo hago por el bien de mi Señor, Jesucristo, y por el poder del Espíritu Santo, y todo para la gloria de Dios, mi Padre celestial. Amén".
Por Sara Flynn
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viernes, 22 de enero de 2010

Oración de protección

En el nombre de Jesucristo y por el poder de su Cruz y su Sangre, atamos el poder de todo mal espíritu y le mandamos no bloquear nuestras oraciones. Atamos los poderes de la tierra, el aire, el agua, el fuego, el inframundo y las fuerzas satánicas de la naturaleza. Rompemos cualquier maldición, conjuro o hechizo enviado contra nosotros y lo declaramos nulos y sin valor. Rompemos toda opresión de cualquier mal espíritu enviado contra nosotros y lo enviamos a Jesús para que haga según su voluntad. Señor, te pedimos que bendigas a nuestros enemigos mediante el envío de tu Espíritu Santo para llevarlos al arrepentimiento y la conversión.
También atamos toda interacción y comunicación en el mundo de los espíritus malignos que nos afecte a nosotros y a nuestro ministerio. Pedimos la protección de la sangre derramada de Jesucristo sobre ................................ (nuestras familias y todos aquellos que cercanos, nuestras casas, autos, mascotas, bajos, iglesias, etc.).
Gracias, Señor, por tu protección, y envía a tus ángeles, especialmente san Miguel Arcángel, a que nos ayude en la batalla. Te pedimos que nos guíes en la oración: comparte con nosotros el poder y la compasión de tu Espíritu. Amén.
Por Francisc Mc Nutt
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jueves, 21 de enero de 2010

La realidad de la Iglesia Católica en China

Comparando las estadísticas de la Iglesia Católica en China actualizadas hasta al 10 de diciembre de 2009, la comunidad católica china continental advierte la urgencia de la misión evangelizadora.
Según lo afirmado por un editorial de un portal católico, el más difundido del continente, “indudablemente las estadísticas revelan un notable desarrollo de la Iglesia en estos últimos 60 años, pero al ponerlas en relación con la realidad social y con la historia, la comunidad católica y todos los católicos chinos deben entender la urgencia de la evangelización y ser capaces de transformarla en una oportunidad misionera”.
Según el portal, “en un país con 1.300 millones de habitantes, los aproximadamente 6 millones de católicos desaparecen inmediatamente en la nada. Sesenta años atrás la población era de 500 millones y los católicos eran poco más de 3 millones. La distancia del porcentaje de crecimiento es aterradora. Suena una campana terriblemente urgente sobre cuán lento es nuestro camino de evangelización. ¡Despierten católicos chinos! Entiendan los problemas y enfrenten el desafío!”
Obviamente, continúa el texto, “no tenemos intención de olvidar ciertos factores objetivos - sociales y políticos - que han obstaculizado el desarrollo de la Iglesia. Pero también en estos últimos 30 años, el camino de la Iglesia no es similar al camino de la sociedad... Algunas Iglesias locales tristemente han caído ciegamente en una lucha interna... Igualmente toda esta situación debe ser vista como una invitación a la reflexión a todos los católicos chinos, especialmente a los responsables, para iniciar un camino misionero intenso y eficaz”.
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miércoles, 20 de enero de 2010

La vida de sacerdotes llevada al cine

El cine enseña y denuncia, conserva la memoria del pasado, se convierte en conciencia viva del presente e impulsa la búsqueda de un futuro mejor”.
En numerosas ocasiones el cine enfocó la figura de sacerdotes católicos, a veces para dar testimonio de su apostolado y otras para convertirlos en blanco de acusaciones. En 2009 Benedicto XVI convocó a un Año Sacerdotal y, dado que el lenguaje cinematográfico posee una especial aptitud para generar diálogos constructivos, creo oportuno proponer un mosaico de filmes en torno de la misión del sacerdote en el conflictivo mundo actual.
Propongo reflexionar sobre las siguientes películas:
Nido de ratas (On the waterfront)
Director: Elia Kazan Intérpretes: Marlon Brando, Karl Malden, Eva Marie Saint, Lee J. Cobb, Rod Steiger Origen: Estados Unidos. 1954.
El escenario son los muelles del puerto de Nueva York, donde el sindicato de estibadores está controlado por un grupo mafioso, conducido por el abogado Johnny Friendly y el dirigente sindical Charley Malloy. El hermano de éste, Terry, un boxeador y estibador, es testigo del asesinato de un operario que se había rebelado contra el sindicato y pensaba denunciar las actividades ilegales del mismo. Edie, su hermana, le pide ayuda a Terry para encontrar a los asesinos de su hermano.
Terry se enamora de Edie, pero a su vez se enfrenta a una cuestión de conciencia. Para aclarar sus dudas, acude al padre Barry, que apoya e impulsa a los estibadores a romper el “código de silencio” y hablar ante la Comisión que investiga las actividades mafiosas en el puerto.
La historia recrea dos personajes reales: Anthony DiVicenzo, que padeció las mismas penurias que Terry Malloy en el filme; y el jesuita John M. Corridan, párroco de la iglesia San Javier y miembro de la Saint Xavier’s School, donde los sacerdotes habían tomado partido por las familias de los estibadores.
Algunos críticos han señalado que el filme es una apología de la delación y que Kazan lo utilizó para justificar su denuncia contra colegas ante el Comité de Actividades Antiamericanas.
Temas de debate: el compromiso pastoral del padre Barry por los pobres y los estibadores; la actitud de Terry Malloy, que se compromete con la verdad y arriesga su vida para terminar con la corrupción y los crímenes; y el valor redentor del amor.
Confesiones verdaderas (True confessions)
Director: Ulu Grosbard Intérpretes: Robert De Niro, Robert Duvall, Burgess Meredith, Charles Durning Origen: Estados Unidos. 1980.
La historia, basada en hechos reales, se desarrolla en Los Ángeles, en los años ‘40. Sus protagonistas son los hermanos Desmond y Tom Spellacy. Desmond es un sacerdote que tiene a su cargo la administración de los fondos de la Archidiócesis y Tom, un policía especializado en homicidios. La relación entre ambos es algo conflictiva, pero sin llegar a la enemistad.
La tensión crece a partir del descubrimiento del cadáver mutilado de una joven. Tom asume la investigación y sospecha que el autor del crimen es uno de los principales benefactores de la Iglesia de Los Ángeles, distinguido como “el laico del año”. Desmond se debate entre su lealtad a la Iglesia y el apoyo a su hermano para descubrir la verdad. El filme es un prolongado flashback. Los dos hermanos se encuentran en los años ‘60 en una pequeña iglesia del desierto californiano, donde Desmond fue enviado tras el escándalo. Éste le confiesa a Tom que se está muriendo y le agradece haber contribuido a su salvación. “Me hiciste recordar –dice– lo que había olvidado. Creí ser lo que no era”.
Temas de debate: la vida del sacerdote, su misión y sus aspiraciones; el hecho de que Desmond encuentre el sentido del sacerdocio cuando sufre la calumnia, pierde lo material y recupera la paz interior; la imagen de una Iglesia (la norteamericana) demasiado atada a donantes y bienhechores hipócritas, interesados y de doble moral.
La misión (The Mision)
Director: Roland Joffe Intérpretes: Jeremy Irons, Robert De Niro, Ray McAnally, Aidan Quinn Origen: Gran Bretaña. 1986.
Historia de los entretelones de la expulsión de los misioneros jesuitas de América latina (ocurrido en 1767) y la masacre de indígenas guaraníes, integrados a las misiones organizadas por aquellos, en virtud de intereses económicos y políticos de los dos países colonizadores de esas tierras: España y Portugal. La película comienza con la muerte de un misionero, arrojado por los indígenas a las aguas de la Garganta del Diablo, continúa con el homicidio que el aventurero y traficante de esclavos Rodrigo Mendoza comete contra su hermano, y su casi inmediata incorporación a la orden jesuítica a instancias del padre Gabriel, tras cumplir con una severa penitencia expiatoria.
Luego llega el emisario del Papa, enviado para arbitrar en el conflicto surgido entre españoles y portugueses, quien ordena el retiro de los jesuitas, facilitando el aniquilamiento de los nativos.
Ambos misioneros optan por los indígenas contra las autoridades civiles y eclesiásticas, pero mientras Rodrigo apela a las armas, Gabriel lo hace con los instrumentos que le confiere su fe: el crucifijo, la eucaristía y el amor hacia los pobres.
Temas de debate: una profunda reflexión sobre el poder, la naturaleza de la fe, la justicia y el amor. Porque la idea medular del filme se apoya en la secuencia del himno de la Caridad de San Pablo. “Si el poder tiene la razón –afirma el padre Gabriel–, entonces no hay lugar para el amor en este mundo”.
¿Qué alcances morales y filosóficos posee esta frase? Es un buen ejemplo para plantear los temas del martirio, la conversión y la redención. También respecto de los criterios evangelizadores sustentados por los dos sacerdotes.
Romero
Director: John Duigan Intérpretes: Raúl Juliá, Alejandro Bracho, Richard Jordan
Origen: Estados Unidos. 1988.
El título alude a monseñor Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de El Salvador, asesinado el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en la capilla de la Divina Providencia de la capital de ese país. El relato lo asume desde días antes de asumir el cargo, el 3 de febrero de 1977, y hasta su muerte. Elwood E. Kieser lo describió como “un ratón que se transformó en tigre”; un intelectual que cobró coraje al ver los horrores que lo rodeaban. El filme muestra esa evolución de monseñor Romero, desde sus vacilaciones y contradicciones iniciales, hasta la férrea postura pastoral que fue adoptando progresivamente, empujado por su fe, sus convicciones y los propios acontecimientos históricos. Por caso, la masacre contra opositores al régimen militar que manifestaban por el fraude en las elecciones presidenciales de 1977, el asesinato del sacerdote jesuita Rutilio Grande, las injusticias sociales y la carencia de libertades fundamentales.
“Si me matan –expresó poco antes del crimen–, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. Y así fue. Sin excesos ni facilismos, el filme se impone como un testimonio austero, verosímil y lacerante a la vez.
Temas de debate: a partir del marco histórico, reflexionar sobre la evolución pastoral de monseñor Romero. El filme es el retrato de un mártir de nuestros tiempos, que optó por los pobres y no ocultó su voz contra las injusticias. ¿Qué significación puede tener hoy la figura de monseñor Romero y su martirio, para los cristianos de la Argentina?
Complot contra la libertad (To kill a priest)
Director: Agnieszka Holland Intérpretes: Ed Harris, Christopher Lambert, Joanne Whalley, Joss Ackland Origen: Francia – Estados Unidos. 1988.
Relata, con nombres cambiados, una historia real: la persecución, secuestro y asesinato del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko, por agentes de los servicios secretos de su país. El crimen fue cometido el 17 de octubre de 1984. En la película, el sacerdote lleva el nombre de Alec. El relato contrapone a dos personajes. Por un lado, está el sacerdote, un abanderado de las propuestas de la Organización Solidaridad, que desafió a las autoridades comunistas de Polonia. En el otro extremo aparece el asesino, un policía en conflicto consigo mismo, con sus superiores y su familia. Son precisamente sus jefes inmediatos quienes estimulan en el policía su aversión psicótica hacia el carisma y la popularidad del sacerdote. Luego le exacerban ciertas veleidades de poder, lo embarcan en la aventura homicida y, finalmente, lo abandonan a su suerte.
Temas de debate: ¿cuáles fueron las circunstancias históricas que se vivieron en Polonia en aquellos años? ¿Cuáles fueron los objetivos políticos, sociales y morales que planteaba entonces el líder de la Organización Solidaridad Lech Walesa? El apoyo brindado por el sacerdote, ¿era compatible con los postulados de la Iglesia y con el ejercicio de su apostolado? ¿Qué significación posee el tema musical Los crímenes de Caín, interpretado en la película por la cantante Joan Báez?
Jaime de Nevares, último viaje
Dirección: Marcelo Céspedes y Carmen Guarini
Origen: Argentina. 1995.
No es una biografía convencional, con datos prolijamente ordenados. Es una mirada y un homenaje a un hombre que fue, al mismo tiempo, polémico, amado, discutido y, para muchos, un ser irremplazable. Jaime de Nevares (1915-1995) se graduó de abogado en la Universidad de Buenos Aires, en 1947 ingresó a la congregación salesiana, en 1951 fue ordenado sacerdote y en 1961 fue designado por el papa Juan XXIII primer obispo de la diócesis de Neuquén. “Desde que se instaló allí, enarboló con fuerza la bandera de la justicia. Su formación salesiana le había hecho comprender la necesidad de priorizar la atención de los aborígenes, sometidos, humillados, desperdigados y en extinción. Su prédica se extendió hacia otros sectores sociales que sufren las consecuencias del atropello de los intereses sociales y políticos de los grupos de poder. (…) Su formación en derecho le permitió comprender los valores de la democracia, de los partidos políticos, de las organizaciones gremiales y sociales. Por eso su labor pastoral creció cuando las dictaduras se apropiaron del manejo del país y sus conductores actuaron como amos y señores de bienes y vidas. (…) Y no se abstuvo de actuar con la misma fuerza cuando gobiernos surgidos de la voluntad popular no atendían adecuadamente las demandas de los sectores más desprotegidos. Fue austero. Eso lo diferenció de la ostentación de riqueza que tradicionalmente hace la Iglesia Católica.
Fue auténtico. Siempre predicó su verdad, aun arriesgando su vida”. (Juan Carlos Pisano, “Jaime de Nevares, último viaje. Una Iglesia comprometida”, en Plano Secuencia, 20 películas argentinas para reafirmar la democracia. La Crujía y Signis Argentina, Buenos Aires, 2004.
Temas de debate: el perfil de monseñor Jaime de Nevares trazado por Pisano contiene todos los temas de debate que pueden plantearse a partir de la visión de este filme.
El noveno día (Der neunte tag)
Director: Volker Schlöndorff Intérpretes: Ulrich Matthes, August Diehl, Hilmar Thate, Bibiana Beglau Origen: Alemania. 2005.
Basada en la dolorosa experiencia del sacerdote luxemburgués Jean Bernard (1907-1994), que estuvo preso en el campo de concentración de Dachau desde mayo de 1941 hasta abril de 1945, por condenar públicamente la política racial y anticristiana del Tercer Reich. Al momento de su detención, era el Secretario General de la Organización Católica Internacional del Cine (OCIC, hoy Signis) y con posterioridad, entre 1947 y 1972, fue presidente de esa misma institución. En el filme se llama Henri Kremer. El relato se inicia en Dachau, pero luego sigue a Kremer desde el momento que la Gestapo le concede nueve días de “licencia” para que regrese a Luxemburgo y gestione ante el obispo la firma de una declaración de apoyo al Tercer Reich.
El obispo se niega a recibir a los invasores alemanes y hace repicar las campanas de la catedral en señal de duelo. Si Kremer no logra convencerlo, él, su familia y sus compañeros sacerdotes presos en Dachau serán eliminados. Si el obispo acepta, obtendrá su liberación definitiva, su familia podrá salir del país y sus compañeros tendrán mejores condiciones de vida.
Su interlocutor de la Gestapo es un ex seminarista que, a punto de ordenarse sacerdote, optó por el nazismo. Afirma que están embarcados en una “guerra santa” y que Hitler está cumpliendo la voluntad de Dios. Y plantea una confrontación entre Jesús y Judas. Sin Judas –dice– no existiría el cristianismo. Al cabo de los nueve días, Kremer encuentra la respuesta en su propia conciencia. El espectador observa ese proceso interior de Kremer, que lo lleva a tomar una decisión que significa escoger entre la vida o la muerte, la libertad o la prisión, el presente o el futuro.
Temas de debate: ¿cuáles fueron los fundamentos, las convicciones íntimas de Kremer para asumir su decisión? ¿Es correcta su decisión? ¿Es cierto que sin Judas no habría existido el cristianismo? ¿Cuál fue el verdadero objetivo de la Gestapo al exigir al obispo la firma de la declaración? La película refleja el heroísmo de muchos cristianos, sacerdotes y laicos, que condenaron el nazismo y su política racial, arriesgando su vida.
Las manos
Dirección: Alejandro Doria Intérpretes: Jorge Marrale, Graciela Borges, Duilio Marzio, Belén Blanco, Carlos Portaluppi
Origen: Argentina - Italia. 2006.
José Mario Pantaleo, más conocido como “padre Mario”, nació en Pistoia, Italia, el 1º de agosto de 1915 y falleció en Buenos Aires el 19 de agosto de 1992. Fue ordenado sacerdote en diciembre de 1944 y en 1948 llegó, por segunda vez, a la Argentina. Tras varios destinos, recaló en González Catán, un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Con apoyo de los fieles y de su inseparable colaboradora Perla Garabelli, construyó la iglesia de “Cristo Caminante”, primer eslabón de su obra, que consta de dos fundaciones, un jardín de infantes, colegio primario y secundario, una escuela para discapacitados, un polideportivo, un centro de atención a mayores, un centro de capacitación laboral, una panadería y fábrica de pastas en la que trabajan discapacitados, un centro médico, un guardería para hijos de mujeres que trabajan, una biblioteca y un taller textil. Pero lo que hizo popular al padre Mario fue su don para diagnosticar y curar enfermedades mediante la imposición de sus manos. “Tengo el poder de diagnosticar y curar –decía– porque Dios lo dispuso. Soy un brujito malandra que tiene a Dios de su lado”.
Tuvo el apoyo de los obispos de San Justo y la incomprensión de varios sacerdotes y funcionarios públicos. Pero persistió en su lucha, atendió a millares de peregrinos e inclusive hizo tiempo para estudiar la carrera de psicología. Su vida fue un ejemplo de trabajo, devoción y dedicación a los pobres, los enfermos y los discapacitados. El director construyó un filme que rescata su trayectoria desde su arribo a González Catán, lo hizo con respeto, pero sin eludir el humor, que el propio padre Mario dispensaba con ánimo envidiable.
Temas de debate: ¿cuáles fueron los valores sobre los que el padre Mario sustentó sus apostolado? ¿Cuál fue el secreto que le permitió desarrollar una obra tan fecunda y meritoria? Reflexionar sobre la fe, que “mueve montañas”, y la obra de los sacerdotes carismáticos, que van ganando una creciente consideración entre los fieles y la Iglesia.
Por Agustín Neifert
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lunes, 18 de enero de 2010

La renovación de la Iglesia que nos trae el Espíritu Santo (2º parte)

Franciscanos y Dominicos fueron testigos, pero también maestros. De hecho, otra exigencia difundida en su época era la de la instrucción religiosa. No pocos fieles laicos, que vivían en las ciudades en vías de gran expansión, deseaban practicar una vida cristiana espiritualmente intensa. Intentaban por tanto profundizar en el conocimiento de la fe y ser guiados en el arduo pero entusiasmante camino de la santidad. Las Órdenes Mendicantes supieron felizmente salir al encuentro también a esta necesidad: el anuncio del Evangelio en la sencillez y en su profundidad y grandeza era un objetivo, quizás el objetivo principal, de este movimiento. Con gran celo, de hecho, se dedicaron a la predicación. Eran muy numerosos los fieles, a menudo verdaderas y auténticas multitudes, que se reunían para escuchar a los predicadores en las iglesias y en los lugares abiertos, pensemos en San Antonio, por ejemplo.
Se trataban argumentos cercanos a la gente, sobre todo la práctica de las virtudes teologales y morales, con ejemplos concretos, fácilmente comprensibles. Además, se enseñaban formas para nutrir la vida de oración y la piedad. Por ejemplo, los Franciscanos difundieron mucho la devoción hacia la humanidad de Cristo, con el compromiso de imitar al Señor. No sorprende entonces que fuesen numerosos los fieles, hombres y mujeres, que elegían hacerse acompañar en el camino cristiano por frailes Franciscanos y Dominicos, directores espirituales y confesores buscados y apreciados.
Nacieron así asociaciones de fieles laicos que se inspiraban en la espiritualidad de san Francisco y Santo Domingo, adaptada a su estado de vida. Se trata de la Orden Terciaria, tanto franciscna como dominica. En otras palabras, la propuesta de una “santidad laical” conquistó a muchas personas. Como ha recordado el Concilio Ecuménico Vaticano II, la llamada a la santidad no está reservada a algunos, sino que es universal (cf. Lumen gentium, 40). En todos los estados de vida, según las exigencias de cada uno de ellos, se encuentra la posibilidad de vivir el Evangelio.
También hoy cada cristiano debe tender a la “medida alta de la vida cristiana”, sea cual sea el estado de vida al que pertenezca. La importancia de las Órdenes Mendicantes creció tanto en la Edad Media que Instituciones laicas como las organizaciones de trabajo, las antiguas corporaciones y las propias autoridades civiles, recurrían a menudo a la consulta espiritual de los miembros de estas Órdenes para la redacción de sus regulaciones y, a veces, para solucionar sus conflictos externos e internos. Los Franciscanos y los Dominicos se convirtieron en los animadores espirituales de la ciudad medieval. Con gran intuición, pusieron en marcha una estrategia pastoral adaptada a las transformaciones de la sociedad. Dado que muchas personas se trasladaban de los campos a las ciudades, éstos ya no colocaron sus conventos en las zonas rurales, sino urbanas. Además, para llevar a cabo su actividad en beneficio de las almas, era necesario trasladarse según las exigencias pastorales. Con otra elección totalmente innovadora, las Órdenes Mendicantes abandonaron el principio de estabilidad, clásico del monaquismo antiguo, para elegir otra forma. Menores y Predicadores viajaban de un lugar a otro, con fervor misionero. En consecuencia, se dieron una organización distinta respecto a la de la mayor parte de las Órdenes Monásticas. En lugar de la tradicional autonomía de que gozaba cada monasterio, éstos reservaron mayor importancia a la Orden en cuanto tal y al Superior General, como también a la estructura de las provincias. Así los Mendicantes estaban más disponibles a las exigencias de la Iglesia universal. Esta flexibilidad hizo posible el envío de los frailes más decuados para el desarrollo de misiones específicas, y las Órdenes Mendicantes llegaron a África septentrional, a Oriente Medio, al Norte de Europa. Con esta flexibilidad el dinamismo misionero se renovó.
Otro gran desafío lo representaban las transformaciones culturales que estaban teniendo lugar en ese período. Nuevas cuestiones hacían vivaz la discusión en las universidades, que nacieron a finales del siglo XII. Menores y Predicadores no dudaron en asumir también esta tarea y, como estudiantes y profesores, entraron en las universidades más famosas de su tiempo, erigieron centros de estudio, produjeron textos de gran valor, dieron vida a verdaderas y auténticas escuelas de pensamiento, fueron protagonistas de la teología escolástica en su mejor período, incidieron significativamente en el desarrollo del pensamiento.
Los más grandes pensadores, santo Tomás de Aquino y san Buenaventura, eran mendicantes, trabajando precisamente con este dinamismo de la nueva evangelización, que renovó también el coraje del pensamiento, del diálogo entre razón y fe. También hoy hay una “caridad de la y en la verdad”, una “caridad intelectual” que ejercer, para iluminar las inteligencias y conjugar la fe con la cultura. El empeño llevado a cabo por los Franciscanos y los Dominicos en las universidades medievales es una invitación, queridos fieles, a hacerse presentes en los lugares de elaboración del saber, para proponer, con respeto y convicción, la luz del Evangelio sobre las cuestiones fundamentales que interesan al hombre, su dignidad, su destino eterno.
Pensando en el papel de los Franciscanos y de los Dominicos en la Edad Media, en la renovación espiritual que suscitaron, al soplo de vida nueva que comunicaron en el mundo, un monje dijo: “En aquel tiempo el mundo envejecía. Surgieron dos Órdenes en la Iglesia, de la que renovaron su juventud, como la de un águila” (Burchard d’Ursperg, Chronicon).
Queridos hermanos y hermanas, invoquemos precisamente al inicio de este año el Espíritu Santo, eterna juventud de la Iglesia: que él haga sentir a cada uno la urgencia de ofrecer un testimonio coherente y valiente del Evangelio, para que no falten nunca santos, que hagan resplandecer a la Iglesia como esposa siempre pura y bella, sin mancha y sin arruga, capaz de atraer irresistiblemente el mundo hacia Cristo, hacia su salvación.
Benedicto XVI 13/01/10
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viernes, 15 de enero de 2010

La renovación de la Iglesia que nos trae el Espíritu Santo (1º parte)

Queridos hermanos y hermanas, al inicio del nuevo año miramos la historia del cristianismo, para ver cómo se desarrolla una historia y cómo puede ser renovada. En ella podemos ver que son los santos, guiados por la luz de Dios, los auténticos reformadores de la vida de la Iglesia y de la sociedad. Maestros con la palabra y testigos con el ejemplo, saben promover una renovación eclesial estable y profunda, porque ellos mismos son profundamente renovados, están en contacto con la verdadera novedad: la presencia de Dios en el mundo.
Esta consoladora realidad, o sea, que en cada generación nazcan santos y traigan la creatividad de la renovación, acompaña constantemente la historia de la Iglesia en medio de las tristezas y de los aspectos negativos de su camino. Vemos, de hecho, siglo a siglo, nacer también las fuerzas de la reforma y de la renovación, porque la novedad de Dios es inexorable y da siempre nueva fuerza para seguir adelante. Así sucedió también en el siglo trece, con el nacimiento y el extraordinario desarrollo de las Órdenes Mendicantes: un modelo de gran renovación en una nueva época histórica. Éstos fueron llamados así por su característica de “mendigar”, es decir, de recurrir humildemente al apoyo económico de la gente para vivir el voto de pobreza y llevar a cabo su propia misión evangelizadora. De las Órdenes Mendicantes que surgieron en ese período, los más conocidos y más importantes son los Frailes Menores y los Frailes Predicadores, conocidos como Franciscanos y Dominicos. Se les llama así por el nombre de sus fundadores, Francisco de Asís y Domingo de Guzmán respectivamente.
Estos dos grandes santos tuvieron la capacidad de leer con inteligencia “los signos de los tiempos”, intuyendo los desafíos que debía afrontar la Iglesia de su tiempo. Un primer desafío estaba representado por la expansión de varios grupos y movimientos de fieles que, aun inspirados por un legítimo deseo de una auténtica vida cristiana, se ponían a menudo fuera de la comunión eclesial. Estaban en profunda oposición a la Iglesia rica y hermosa que se había desarrollado precisamente con el florecimiento del monaquismo. En recientes catequesis me detuve sobre la comunidad monástica de Cluny, que había atraído a jóvenes, y por tanto fuerzas vitales, como también bienes y riquezas. Se había desarrollado así, lógicamente, en un primer momento, una Iglesia rica en propiedades y también inmóvil.
Contra esta Iglesia se contrapuso la idea de que Cristo vino a la Tierra pobre y que la verdadera Iglesia debería ser precisamente la Iglesia de los pobres; el deseo de una verdadera autenticidad cristiana se opuso así a la realidad de la Iglesia empírica. Se trata de los llamados movimientos pauperísticos de la Edad Media. Éstos rechazaban ásperamente el modo de vivir de los sacerdotes y de los monjes de aquel tiempo, acusados de haber traicionado el Evangelio y de no practicar la pobreza como los primeros cristianos, y estos movimientos contrapusieron al ministerio de los obispos una auténtica “jerarquía paralela”.
Además, para justificar sus propias elecciones, difundieron doctrinas incompatibles con la fe católica. Por ejemplo, el movimiento de los cátaros o albigenses volvió a proponer antiguas herejías, como la devaluación y el desprecio del mundo material –la oposición contra la riqueza se convierte velozmente en oposición contra la realidad material en cuanto tal–, la negación de la libre voluntad, y después el dualismo, la existencia de un segundo principio del mal equiparado a Dios.
Estos movimientos tuvieron éxito, especialmente en Francia y en Italia, no solo por su sólida organización, sino también porque denunciaban un desorden real en la Iglesia, causado por el comportamiento poco ejemplar de varios representantes del clero. Los Franciscanos y los Dominicos, en la estela de sus fundadores, mostraron, en cambio, que era posible vivir la pobreza evangélica, la verdad del Evangelio como tal, sin separarse de la Iglesia; mostraron que la Iglesia sigue siendo el verdadero, auténtico lugar del Evangelio y de la Escritura. Es más, Domingo y Francisco sacaron precisamente de su íntima comunión con la Iglesia y con el Papado la fuerza de su testimonio. Con una elección completamente original en la historia de la vida consagrada, los miembros de estas órdenes no sólo renunciaban a la posesión de bienes personales, como hacían los monjes desde la antigüedad, sino que ni siquiera querían que se pusieran a nombre de la comunidad terrenos y bienes inmuebles. Pretendían así dar testimonio de una vida extremadamente sobria, para ser solidarios con los pobres y confiar sólo en la Providencia, vivir cada día de la Providencia, de la confianza de ponerse en las manos de Dios.
Este estilo personal y comunitario de las Órdenes Mendicantes, unido a la total adhesión a las enseñanzas de la Iglesia y a su autoridad, fue muy apreciado por los Pontífices de la época, como Inocencio III y Honorio III, que ofrecieron su completo apoyo a estas nuevas experiencias eclesiales, reconociendo en ellas la voz del Espíritu. Y los frutos no faltaron: los movimientos pauperísticos que se habían separado de la Iglesia volvieron a entrar en la comunión eclesial o, lentamente, se redimensionaron hasta desaparecer.
También hoy, a pesar de vivir en una sociedad en la que a menudo prevalece el “tener” sobre el “ser”, se es muy sensible a los ejemplos de pobreza y solidaridad, que los creyentes ofrecen con elecciones valientes. Hoy no faltan iniciativas similares: los movimientos, que parten realmente de la novedad del Evangelio y lo viven con radicalidad en la actualidad, poniéndose en las manos de Dios, para servir al prójimo. El mundo, como recordaba Pablo VI en la Evangelii nuntiandi, escucha de buen grado a los maestros, cuando son también testigos. Esta es una lección que no hay que olvidar nunca en la obra de difusión del Evangelio: vivir los primeros aquello que se anuncia, ser espejo de la caridad divina.
Por Benedicto XVI 13/1/10
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jueves, 14 de enero de 2010

Elefantes: justicieros y ¿defensores de los cristianos de India?

Un extraño y dramático acontecimiento que tuvo como escenario al estado de Orissa está dando mucho de qué hablar en la India. En los últimos meses, manadas de elefantes salvajes han asolado las aldeas de algunos de los peores perseguidores de los cristianos del 2008. "En una aldea, donde (...) hace un año los cristianos tuvieron que correr para salvar su vida mientras veían sus casas destruidas por los manifestantes, una manada de elefantes emergió de las selvas circundantes, exactamente un año después, en julio de 2009, en el mismo momento del día del ataque."
"Estos elefantes primero atacaron una máquina trituradora de piedra propiedad de uno de los principales líderes del movimiento persecutorio. De ahí los elefantes partieron a destruir su casa y haciendas. Cientos de aldeanos han sido forzados a refugiarse en campamentos en el estado de Orissa, después de repetidos ataques de los elefantes", relata el P. Sunil de Silva.
En el distrito de Kandhamal 7 personas han muerto y varias otras han sido heridas por una manada de 12 a 13 elefantes. Cerca de 2500 personas que habitan 45 aldeas han sido afectadas por los ataques, afirma el jefe del distrito, Krishen Kumar. Él no llega a explicarse la razón por la cual los elefantes abandonaron su habitat o "santuario" y viajaron cerca de 300 kilómetros hasta Kandhamal, causando las destrucciones. Funcionarios ambientales presentes en el lugar de los ataques tampoco encuentran explicación. Afirma el P. de Silva que las manadas asolaron las casas de no cristianos, destruyendo jardines y eligiendo las casas de los perseguidores, pero dejando intactas las casas de los cristianos.
"Esos extraños ataques se han esparcido, y según un reporte, los elefantes ya han destruido más de 700 casas en 30 aldeas, y matado cinco personas. Nadie en esta región ha visto o imaginado algo como esto. Los elefantes no son comunes; ellos parecen tener una misión. Comúnmente, los elefantes más pequeños entran primero a la aldea, y parecen reconocer la comunidad. Entonces, regresan a la manada, y prontamente los siguen los elefantes más grandes que ‘hacen el trabajo'", relata el sacerdote.
No tuvo que pasar mucho tiempo para que la gente de la región relacionara los ataques de los elefantes con la persecución a los cristianos del año pasado. "El temor de Dios ha caído sobre los pobladores, quienes han llamado a esos elefantes los ‘Elefantes Cristianos' ". Los pobladores, ante la poca ayuda de la administración -que se manifiesta impotente-, han recurrido al bloqueo de calles, que entretanto ha sido inefectivo.
Algunos distritos afectados no tienen santuarios de elefantes: "No hay hábitats permanentes de elefantes en Sundagarh. Ellos llegan de Bihar, Chhattisgarh y Jharkhand donde sus hábitats han disminuido. No obstante no es claro cómo y porqué esos elefantes alcanzaron a Orissa."
En julio del 2008 estalló una severa persecución de cristianos: Una religiosa de 22 años fue quemada viva cuando turbas furiosas incendiaron un orfanato en la aldea de Khuntpali, en el distrito de Bargarh. En Kandhamal otra religiosa fue violada. Las turbas atacaron iglesias, incendiaron vehículos, destruyeron las casas de los cristianos.
El P. Thomas Chellen, director de un centro de pastoral en Konjamendi que fue destruido con una bomba, escapó por poco de una turba hindú que quiso quemarlo: "Ellos vertieron kerosén en mi cabeza, y uno tenía una caja de fósforos en su mano pronto a encender el fuego. Pero gracias a la divina Providencia, al final, no hicieron nada. De otra manera no estaría contándoles este horror", declaró el sacerdote de 55 años.
El resultado final de la persecución fueron más de 500 cristianos asesinados, miles de heridos, y muchos desterrados que vieron sus casas reducirse a cenizas. Exactamente un año después, en el mismo momento del día del ataque, llegaron los elefantes inexplicablemente, a aplastar a los enemigos de la vida y de la fe cristiana, y a hacer reflexionar a la mayoría...
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miércoles, 13 de enero de 2010

Diez mejores películas para el espiritu humano

El profesor Peio Sánchez, director del Departamento de Cine del Arzobispado de Barcelona, España, ofrece su valoración de las diez mejores películas desde el punto de vista espiritual. Afirma que presenta esta lista “como un material válido para la recuperación educativa y pastoral a través del DVD”. “Nos parece hoy imprescindible –añade- elegir bien lo que vemos para ser mejores personas. Y creemos que este tipo de cine invita a profundizar en los grandes interrogantes, propone una mirada abierta al misterio de Dios y provoca a ser buena gente”.
1. Gran Torino (2008), de Clint Eastwood
“En Gran Torino, Clint Eastwood ha sabido contar una historia sencilla como una enorme fuerza dramática planteando temas espirituales de calado como el sentido del perdón, la redención como sacrificio o el camino de conversión. Y desde el punto de vista cristiano no solamente presenta una imagen positiva de la Iglesia representada en el padre Janovich sino que también ofrece una poderosa imagen crística en las decisiones finales del protagonista”.
2. Amazing Grace (2006), de Michael Apted
“Este homenaje a William Wiberforce --un parlamentario de la Cámara de los Comunes, que dedicó, desde su juventud, su actividad política a la lucha contra la esclavitud y las injusticias sociales- se presenta con una magnífica puesta en escena y una serie de actuaciones excepcionales. Marcada profundamente por la perspectiva social cristiana es una película imprescindible para conocer la fuerza ética del Evangelio y su herencia en nuestra cultura”.
3. Katyn (2007), de Andrzej Wajda
“Sobrecogedora película del maestro polaco Andrezej Wajda. Este testamento fílmico trata del genocidio de Katyn perpetrado por el comunismo soviético en 1940 y que afectó personalmente al director ya que su padre era uno de los 20.000 oficiales y ciudadanos polacos asesinados. Narrada desde la perspectiva de los supervivientes, especialmente mujeres, es un himno a la reconciliación desde la memoria que busca la verdad. La fe católica se muestra con intensidad en distintos momentos pero de forma más contundente en los últimos minutos”.
4. Slumdog Millionaire (2008), de Danny Boyle
“El director Danny Boyle, de formación y convicciones cristianas, ha sabido contar una dura historia sobre la superación desde la miseria hasta la victoria. Narrada como un cuento de hadas, sigue la historia de tres muchachos que nacen en las barracas de Calcuta, y como desde el protagonista de Jamal verán como triunfa la bondad y el amor más allá de la injusticia y la violencia. La historia nos presenta una intriga que mueve al espectador a la esperanza y que invita a reconocer la presencia de la Providencia que acompaña los acontecimientos respetando la libertad pero alentando la bondad”.
5. The Visitor (2007), de Thomas McCarthy
“Es la historia de una visita de gracia en la que se ve envuelto un oscuro profesor universitario, genialmente interpretado por Richard Jenkins, que tras quedar viudo vive en el sinsentido y al que le cambiará la vida su encuentro con Tarek. Este sirio que lleva la percusión en su corazón representa la alegría y las ganas de vivir que faltan al protagonista. En este itinerario de transformación veremos como crece en él la sensibilidad y el compromiso, la capacidad de amar y el ejercicio responsable de la libertad. Una película que además es un grito contra la injusticia de las leyes de inmigración”.
6. La caja de Pandora (2008), de Yesim Ustaoglu.
“La enfermedad de Alzheimer de la abuela abrirá la caja de Pandora de una familia que vive en la orilla de la infelicidad. Como si una maldición cayera sobre ellos, cuando la anciana, una genial Tsilla Chelton de 89 años, desaparece de casa. Con esta fuga comienza un periplo hacia la verdad que les implicará a todos ellos, cuando han de acudir a una aldea de montaña en la costa del Mar Negro. La lucidez de la demencia no logrará doblegar el desvarío de los instalados en la comodidad o en el fracaso; pero sí logrará mover a los que sienten que la vida va mucho más allá y que siempre están dispuestos a subir a una montaña, aunque ya la fuerzas sean escasas. Una alianza donde los más viejos transmiten la esperanza a los más jóvenes”.
7. Despedidas (2008), de Yojiro Takita
“Daigo, un violonchelista en paro, descubre su vocación cuando abandona Tokio con Mika, su mujer, y acude a la ciudad y casa donde vivió su infancia. Un proceso lento y sorprendente le convertirá en un especialista en el nôkan, ritual mortuorio japonés que supone una rememoración del difunto desde el acto de embalsamamiento. En su aprendizaje se irán cruzando una serie de historias de reconciliación de los vivos con los muertos e irá, poco a poco, abriendo su propia historia a un camino de pacificación. La película nos permite contemplar la muerte con una perspectiva distinta”.
8. El curioso caso de Benjamin Burtton (2008), de David Fincher
“Basada en una novela de F. Scott Fitzgerald trata de la vida singular de Benjamín: un extraño bebé que nace siendo anciano y que con el paso del tiempo terminará convirtiéndose en un bebé. Este extraño personaje que tendrá un cuerpo que crece a la inversa que su espíritu nos ofrecerá a un personaje que madura de una forma distinta y que también tendrá que amar a Daisy -su fiel y verdadero único amor-, de una forma distinta aunque no por ello imposible”.
9. El erizo (2009), de Mona Achache
“Adaptación del famoso libro de Muriel Barbery ‘La elegancia del erizo’ y que supone el primer largometraje de la directora francesa Mona Achache. Basada en el contraste de dos personajes: por una parte, una niña con un rico e inteligente mundo interior; por otra parte, la portera del número 7 de la calle Grenelle, una mujer descuidada y un tanto huraña. Pero ambas tendrán un secreto que saldrá a la luz con la llegada de Kakuro Ozu, un elegante viudo japonés. Esta revelación servirá de disculpa para comprender el secreto profundo de las personas y cómo a veces lo esencial no está en las apariencias”.
10. Frozen River (2008), de Courtney Hunt
“Historia sobre la resistencia y la amistad de dos mujeres que comienzan enfrentadas pero que tramarán un profundo lazo de solidaridad que tiene como origen común una maternidad trascendida y el deseo de amar incluso por encima de sus fuerzas. Dirigida por Courtney Hunt, presenta a los personajes con gran veracidad. La dureza y la desolación a la que nos enfrentan las imágenes nos permitirá encontrar en el alma de las protagonistas una generosidad desmedida que devuelve la confianza en el ser humano incluso en las situaciones de soledad y límite a las que se enfrentan”.
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martes, 12 de enero de 2010

Crisis mundial y matrimonios en problemas

Cualquiera sean los problemas creados por la recesión, ésta también ha creado una gran oportunidad para ayudar a salvar matrimonios, para cada uno de nosotros individualmente y para las parroquias y las organizaciones católicas. Como en la Gran Depresión de los años 30, cuando cayeron las tasas de divorcio, la evidencia preliminar parece mostrar que se está dando la misma tendencia en nuestra actual crisis económica. En el último mes, la agencia France Press informó que las tasas de divorcio en España han caído un 12,5% y el número de separaciones se ha reducido un 25%.
En los Estados Unidos, las informaciones indican un descenso similar. Noticias recientes de Washington, Phoenix y Nevada sugieren una tendencia nacional a posponer el divorcio porque les resulta imposible “irse a vivir solos”. Steve King, un abogado matrimonialista de Reno, Nevada explicó : “Algunas personas se ven en una situación de pérdida sin nada que ganar con el divorcio excepto volver a ser solteros". A menudo, no pueden permitirse dos viviendas separadas o pagar un alquiler, y esto para las parejas en que todavía trabajan los dos”.
Con estas sombras, debemos aprovechar la oportunidad para ayudar a los que han “retrasado” su divorcio a que los eviten totalmente. Para los católicos, es una oportunidad única de reiterar la importancia del matrimonio a mucha gente que quizás antes no era receptiva a este mensaje.
Y quienes de repente consideran la posibilidad de arreglar su matrimonio, la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio les ofrece esperanza. Como Benedicto XVI afirmó “la firme convicción de la Iglesia es que la verdadera solución a los problemas que las parejas casadas afrontan actualmente y que debilitan su unión es una vuelta a la solidez de la familia cristiana, un lugar de confianza mutua, de don recíproco, de respeto por la libertad y de educación para la vida social”.
La enseñanza de la Iglesia tiene un fuerte mensaje teológico y práctico para los que permanecen juntos. Considere esto: Un estudio del 2002 realizado por el Institute for American Values reveló que las dos terceras partes de los cónyuges de matrimonios infelices que permanecieron casados afirmó que sus matrimonios eran felices cinco años después; además, los matrimonios más infelices afirmaron que lo más dramático había dado un giro. También en términos económicos, el divorcio tiene terribles consecuencias, sea cual sea el momento en que se produzca. Estudios sobre las consecuencias financieras del divorcio en mujeres y niños han constatado que la ex-mujer y los hijos experimentan un descenso de entre un 30 y un 73% de su nivel de vida tras el divorcio.
Y la religión ha desempeñado una función crucial en las tendencias del divorcio. Según la experta en divorcio Barbara Dafoe Whitehead, las tasas de divorcio han crecido por una tendencia de muchas religiones a ver el matrimonio como un tema de la psicología, en lugar de la teología. “Las principales denominaciones religiosas dejaron los procesos a la psicoterapia. Los terapeutas se convirtieron en maestros y establecieron las normas en los matrimonios y, después, en la disolución de los mismos”.
El resultado fue asombroso. Los sacerdotes y otros consejeros matrimoniales tradicionales cedieron su función a los terapeutas, destaca Whitehead. Y añade: “A diferencia de los que inicialmente proporcionaban consejos matrimoniales, que ofrecían sus servicios como parte de su vocación, los terapeutas vendieron sus servicios en el mercado. “Además, (···), sus practicantes eran muy sensibles a los incentivos del mercado, incluido el creciente y lucrativo mercado de norteamericanos cuyos matrimonios estaban en peligro -explica-. Los temores sobre la explotación comercial del divorcio desaparecieron al crecer su potencial comercial”.
Pero si el dinero no alcanza para divorciarse, puede ser también que la gente busque asesoramiento en lugares menos caros, lugares que, en la mayor parte del siglo XX incluían la familia, los amigos y el clero, señala la experta. Nuestra función como católicos no podría ser más importante.
Hablando a los obispos brasileños reunidos en Roma para su visita “ad limina”, Benedicto XVI pidió a los sacerdotes “acompañar a las familias para garantizar que no se dejen seducir por estilos de vida relativistas promovidos por el cine, la televisión y otros medios de comunicación”. También habló de la importancia del testimonio de las familias católicas, afirmando: “Confío en el testimonio de las familias que encuentran las fuerzas para superar las pruebas en el sacramento del matrimonio (···). Sobre familias como esas, debe ser reconstruido el tejido social”.
En un momento en que el problema económico nos está dando una mayor oportunidad de ayudar a salvar matrimonios, cada uno de nosotros tiene mucho por hacer. Para los sacerdotes, esto significa dedicar tiempo a aprender y a aconsejar a matrimonios sobre los peligros del divorcio y la esperanza que llega con la superación de los problemas en el matrimonio. Para las parejas casadas que afrontan problemas, significa rabajar como pareja, apoyados por la Iglesia, para superar sus problemas juntos. Para los casados cuyos matrimonios son felices, significa predicar con el ejemplo y mostrar que el amor es posible y puede ser realizado en el matrimonio, y compartir los medios con los que ellos han superado dificultades en el pasado. Finalmente, para cada uno de nosotros, significa escuchar a aquellos amigos nuestros que puedan vivir dificultades en sus matrimonios y dirigirlos a los recursos que les ayuden a salvar su matrimonio, teniendo en cuenta que, teológicamente y prácticamente, el divorcio y la separación siempre tienen consecuencias trágicas.
Por nuestro ejemplo, nuestro consejo y nuestra cercanía a los que están considerando un divorcio especialmente ahora, no debemos perder la oportunidad de ayudar a construir la Civilización del Amor, al mismo tiempo que una familia y un matrimonio.
Por Carl Anderson
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lunes, 11 de enero de 2010

Reflexión: ¿Soy un cristiano durmiente?

Antaño se enseñaba que los miembros de la Iglesia Católica formaban tres grandes grupos: el militante, que "peregrina" en la Tierra trabajando por el Reino; el purgante, formado por aquellos que, tras su muerte, están purificándose para poder entrar en la Vida Eterna, y el triunfante, formado por aquellos bienaventurados que ya están en la presencia del Padre.
Pues bien, hoy podríamos añadir otra categoría más: la Iglesia de los cristianos durmientes.
Pertenecen a este grupo los que bautizan a sus hijos por la Iglesia y gustan de convocar a un montón de sacerdotes para celebrar el funeral del padre o de la madre (pues hasta esto cuantifican y toman como criterio de distinción y clase), pero pasan el resto de su vida ignorando a esa Iglesia a la que dicen pertenecer. Espiritualistas el domingo de doce a doce y media y materialistas el resto de la semana, viven con desgana todo lo que suene a religioso.
Intercambian ritos por seguridad, buscadores de precauciones, de prudencias, de virtudes adornadas de adormidera. Falsos creyentes a los que su tibieza les llevó a considerar virtuoso lo que no es sino la dimisión de sí mismos. Y así terminan por llamar mansedumbre a la debilidad de carácter, humildad a su impotencia, resignación a su cobardía. Y son los que, al final, terminan por protestar y enfadarse cuando Dios no se pliega a su voluntad: Hágase mi voluntad, así en el cielo como en mis tierras.
Se acuerdan de la Iglesia-institución sólo para criticarla. Y en esto andan bien despiertos en no dejar títere con cabeza. Son especialistas en criticar al Papa: si viaja, porque viaja; si no, porque no viaja. Si es viejo, porque es viejo. Y si es viejo y viaja, aún peor. Y critican al obispo, y al cura de la parroquia y a este y aquel movimiento. Sólo ellos, más allá del bien y del mal, parecen estar en la verdad sobre lo que la Iglesia debiera ser. Pero a la vez que critican, no mueven un dedo por hacer las cosas bien. Ni por hacerlas mal. Y a quien hace, se le asaetea, se le somete a todo tipo de críticas, enmiendas, correctivos y sermones. Ni hacen ni dejan hacer. No quieren compromisos pero no soportan el compromiso de otros. Y desde su mirador, critican, se quejan, exigen y pontifican ex cathedra.
Despiertan sólo para asistir, tediosamente, a alguna procesión, al rito de alguna boda, o para hacerle la primera comunión al niño (lo cual cada vez consiste más en la copiosa comida postsacramental que en el mismo sacramento, no faltando nunca quien aconseje al cura que termine rápido» que les esperan en el restaurante).
Asisten "religiosamente" a ver el partido de fútbol del sábado y el domingo, pero a la Eucaristía asistirán si apetece y se ponen bien las cosas. Amodorrados el sábado y el domingo y estresados durante la semana, pondrán siempre todo tipo de excusas para asistir a alguna reunión formativa. Pero siempre tendrán tiempo para un viajecito de fin de semana, para ir de rebajas o para echar alguna horita extra en la empresa. La plata es plata.
Rechazan toda opinión que venga de la jerarquía católica, como "imposición intolerable", pero se abrirán de par en par, y atolondradamente, a cualquier opinión ajena, dicha por cualquier persona en cualquier lugar, especialmente a aquellas que atacan a su propia Iglesia, sin hacer el mínimo esfuerzo de cotejar en las fuentes la verdad de lo que se dice. Siempre atentos al cotilleo acerca de los desmanes del cura de tal o cual pueblo, nunca tendrán ojos ni oídos para reconocer el trabajo intenso y fecundo hecho por católicos militantes.
Cristianos tibios, desencantados, tristes, porque ya no creen en nada, no conocen la alegría de la Salvación, porque ya nada quieren saber de salvación.
Esta iglesia durmiente perdió su primer impulso, su entusiasmo, su vigor. No es ni fría ni caliente. Ya no sabe quién es ni se acuerda de lo que recibió. Es una iglesia de corazones cobardes y manos débiles. Ni milita, ni hace penitencia, ni goza.
Por José Manuel Domínguez Prieto
Fuente: Almudi.org
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jueves, 7 de enero de 2010

La naturalez humana consiste en amar

La energía principal que mueve al alma humana es el amor. La naturaleza humana, en su esencia más profunda, consiste en amar. En definitiva, una sola tarea es confiada a todo ser humano: aprender a querer, a amar sinceramente, auténticamente, gratuitamente. Pero sólo en la escuela de Dios esta tarea se cumple y el hombre puede alcanzar el fin para el que ha sido creado. Escribe en efecto Guillermo de San Thierry: "El arte de las artes es el arte del amor... El amor es suscitado por el Creador de la naturaleza. El amor es una fuerza del alma, que la conduce como por un lugar natural al lugar y al fin que le es propio".
Aprender a amar requiere un largo y comprometido camino, articulado en cuatro etapas correspondientes a la edad del hombre: la infancia, la juventud, la madurez y la vejez. En este itinerario la persona debe imponerse una ascética eficaz, un fuerte control de sí mismo para eliminar todo afecto desordenado, toda concesión al egoísmo, y unificar la propia vida en Dios, fuente, meta y fuerza del amor, hasta alcanzar la cima de la vida espiritual, que Guillermo define como "sabiduría". Al final de este itinerario ascético, se experimenta una gran serenidad y dulzura. Todas las facultades del hombre - inteligencia, voluntad, afectos- reposan en Dios, conocido y amado en Cristo.
Dios es quien se traslada al corazón de quien ama y lo hace apto para recibirlo. "Se da hasta saciar y de tal modo, que desde esta saciedad, el deseo no disminuye nunca. Este torrente de amor es la plenitud del hombre". Llama la atención el hecho de que Guillermo, al hablar del amor de Dios, atribuya una notable importancia a la dimensión afectiva. En el fondo, queridos amigos, nuestro corazón está hecho de carne, y cuando amamos a Dios, que es el Amor mismo, ¿cómo no expresar en esta relación con el Señor también nuestros sentimientos más humanos, como la ternura, la sensibilidad, la delicadeza? ¡El Señor mismo, haciéndose hombre, ha querido amarnos con un corazón de carne!
El amor produce atracción y comunión, hasta el punto que se da una transformación y una asimilación entre el sujeto que ama y el objeto amado. Esta reciprocidad de afecto y de simpatía permite a la vez un conocimiento mucho más profundo que el que obra sólo la razón. ¿No es verdad que conocemos realmente sólo a quien y lo que amamos? ¡Sin una cierta simpatía no se conoce a nadie ni nada! Y esto vale sobre todo
en el conocimiento de Dios y de sus misterios, que superan la capacidad de comprensión de nuestra inteligencia: ¡a Dios se lo conoce si se lo ama!
Es necesario pasar del hombre "animal" al "racional" para llegar al "espiritual". ¿Qué intenta decir nuestro autor con estas tres expresiones? Al principio una persona acepta la visión de la vida inspirada en la fe con un acto de obediencia y de confianza. Después con un proceso de interiorización, en el que la razón y la voluntad desempeñan una gran función, la fe en Cristo es acogida con profunda convicción y se experimenta una armoniosa correspondencia entre lo que se cree y se espera y las aspiraciones más secretas del alma, nuestra razón, y nuestros afectos. Se llega así a la perfección de la vida espiritual, cuando las realidades de la fe son fuente de íntima alegría y de comunión real y gratificante con Dios. Se vive sólo en el amor y para el amor.
Queridos hermanos y hermanas, a Guillermo de San Thierry, lo podemos definir como el "Cantor del amor, de la caridad". Él nos enseña a obrar en nuestra vida la elección de fondo, que da sentido y valor a todas las demás elecciones: amar a Dios y, por amor suyo, amar a nuestro prójimo; sólo así podremos encontrar la verdadera alegría, anticipo de la bienaventuranza eterna. Introduzcámonos por tanto en la escuela de los Santos para aprender y amar de manera auténtica y total, para entrar en este itinerario de nuestro ser.
Por Benedicto XVI sobre el legado espiritual de Guillermo de San Thierry
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miércoles, 6 de enero de 2010

Los Reyes Magos

Los Reyes Magos es el nombre por el que la tradición católica denomina a los visitantes que, tras el nacimiento de Jesús, habrían acudido desde países extranjeros para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra.
Estos "magos", según la creencia Católica, eran representantes de religiones paganas de pueblos vecinos y por eso ve en el Evangelio, las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación.
En algunos países existe la tradición de representar a los reyes trayendo los regalos que los niños les han pedido en sus cartas. En otros países se le llama "Pesebre" a toda esta representación.
La palabra “Mago”, proviene del elamita (Ma-ku-ish-ti) que pasando por el persa (Ma-gu-u-sha) y por el acadio (Ma-gu-shu) llegó al griego como Μαγός (Magós, plural: μαγοι, magï) y de ahí al latín Magi (Cf. Magíster) de donde llegó al español. Eran los miembros de la casta sacerdotal medo-persa de la época aqueménide y durante todo el reinado de Darío el Medo (521-486 APVM).
La figura católica de los Reyes Magos tiene su origen en los relatos del nacimiento de Jesús, algunos, fueron integrados de los evangelios canónicos que hoy conforman el Nuevo Testamento de la Biblia. Concretamente el Evangelio de Mateo es la única fuente bíblica que menciona a unos magos, aunque no especifica el número ni el título de "Reyes", quienes, tras seguir una supuesta estrella, buscan al «Rey de los Judíos que ha nacido» en Jerusalén, guiándolos dicha estrella hasta Belén.
Las tradiciones antiguas que no fueron recogidas en la Biblia, como por ejemplo el llamado Evangelio del Pseudo Tomás del siglo II, sin embargo, dan su número y les asignan nombre: Melchor, Gaspar y Baltasar, posiblemente sacerdotes zoroastristas provenientes de Persia.
Los Reyes en la Biblia
Es poco lo que el Evangelio de Mateo menciona sobre los sabios de Oriente. En particular, no menciona un número específico de ellos aunque dice que entregaron tres regalos.
"Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del Rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?" Mateo 2,1-2
"Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra" Mateo 2,11
Si bien parece contradictorio que practicantes de la magia, severamente amonestada tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, sean admitidos como adoradores del Mesías, hay que tener en cuenta que el término griego μάγος (mago), no era utilizado únicamente para referirse a los hechiceros. Se utiliza, en este caso, para referirse a hombres sabios y de ciencia. De hecho, también poseían conocimiento de las Escrituras (Mateo 2:5-6). Es posible que estos magos pertenecieran a la religión zoroastra.
Mateo no deja ver que fueran astrólogos que conocieran con precisión el movimiento de alguna estrella (2:7) a pesar de ser esta la creencia general. Aunque bien intencionados, su visita es causa de turbación general y despierta la desconfianza de Herodes (2:3), pues veía al nuevo Mesías como un rival. A pesar de ser anciano y de haber reinado ya por más de treinta años, Herodes les ruega que averigüen el sitio preciso del nacimiento del Mesías (2:8) con el fin de poder, así, acabar con su potencial competidor. Los sabios, que no sospechan eso, encuentran al Niño, lo adoran y obsequian oro, incienso y mirra (2:11). Un ángel previene a los magos de las intenciones de Herodes (2:12), así que no regresan donde él. Iracundo, el rey manda a matar a todos los niños menores de dos años. Para entonces, José había sido avisado en sueños (2:13) que debía huir a Egipto con el niño y su madre.
A partir de ese relato, se han ido elaborando numerosas leyendas sobre los hechos y la personalidad de estas tres figuras, incluyendo el presunto estatus real. Los reyes magos son los encargados de amenizar con sus regalos a todos los niños del mundo.
Leyenda
La tradición más difundida cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, y que iban guiándose por una estrella (celebérrimamente conocida como La estrella de Belén) que los condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro (representando su naturaleza real, como presente conferido a los reyes), incienso (que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús). En algún momento las distintas tradiciones han señalado que eran cuatro, siete y hasta doce.

La primera vez que surge el nombre "Reyes Magos" es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena,  Italia. El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchior, Balthassar...
Poco a poco la tradición añadió otros detalles a modo de simbología: se los hizo representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad, representantes de las tres edades del hombre y representantes de los tres continentes: Asia, África y Europa.
Otra leyenda cuenta que, después de la resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba. Allí fueron bautizados y consagrados obispos. Después fueron martirizados en el año 70 y depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena. Posteriormente, Federico I Barbarroja, en el siglo XII, los trasladó a Colonia, donde hoy reposan con las coronas que supuestamente llevaron durante su existencia. Miles de peregrinos empezaron a llegar a Colonia, lo que propició que en 1248 se iniciara la construcción de la catedral de Colonia, que llevaría más de 600 años terminarla. Hoy día es uno de los monumentos góticos más impresionantes de Europa; y se ha convertido junto con Roma y Santiago de Compostela en uno de los grandes centros de peregrinación.
Igualmente, existen leyendas que hablan de un cuarto rey mago .
Los nombres y número de los Reyes Magos
Según las diversas tradiciones de los reyes magos, el número de ellos varía; así se puede encontrar los siguientes reyes magos:

Tres Reyes Magos: Si bien la Biblia explica que fueron tres los regalos otorgados por los magos al niño Jesús, la primera referencia concreta respecto al número de Reyes Magos la da Origenes, un conocido escritor eclesiástico, en el siglo IV. En el siglo V, el Papa León I el Magno estableció oficialmente su número en 3 para toda la cristiandad. A mediados del siglo VI, en la iglesia de San Apolinar Nuovo de Rávena, Italia, se les asignaron los nombres de "Melchor", "Gaspar" y "Baltasar", que supuestamente equivalen en griego a "Appellicon", "Amerín" y "Damascón" y en hebreo a "Magalath", "Serakin" y "Galgalath". Según una leyenda, sus restos se encuentran en la Catedral de Colonia, Alemania, donde se encuentra el llamado Relicario de los Tres Reyes Magos.
Cuatro reyes magos: otras leyendas, indican que además de los tres Reyes Magos nombrados anteriormente, había un cuarto, el cual en algunas leyendas se le da el nombre Artabán. Este rey, tampoco tiene fundamento bíblico. En la leyenda rusa este cuarto rey recibiría el nombre de Ogamyer Otraucle. 
Doce reyes magos: Los armenios suponen que fueron 12, por lo que les asignan doce nombres diferentes. Estos nombres tampoco se mencionan en la Biblia.
Los reyes magos, son conocidos también como los Santos Reyes.
Festividad
Con el tiempo, en países de tradición católica, se adoptó la costumbre de celebrar al mismo tiempo el día de la Epifanía, el 6 de enero y la festividad de los Reyes Magos, conjugándose así la manifestación de Jesús al mundo no judío con la fiesta de estos personajes que representaban justamente ese mundo de gentiles. Poco a poco, se fue olvidando el significado verdadero de la palabra epifanía y la convirtió en un sinónimo de adoración de los Magos.
Costumbres relacionadas con los Reyes Magos
En muchas partes del mundo es tradicional que los regalos a los niños los traigan los Reyes Magos la noche del 5 al 6 de enero. Antes, los niños deben mandarles una carta a los reyes pidiendo los regalos que quieren y los méritos por los que se merecen recibir regalos. La noche del 5 de enero los niños deben dejar sus zapatos en algún lugar de la casa. Al día siguiente se encuentran allí los regalos o, en el caso de haber sido malos, carbón en su lugar.
En algunos países de hipanoámerica la mayoría de los servicios postales aceptan estas cartas. En fechas más recientes ha empezado también la práctica de escribir a través de e-mail o incluso dirigirse directamente a su página web.
Al igual que la costumbre anglosajona en torno a Santa Claus, es frecuente que los reyes magos aparezcan en tiendas de regalos y centros comerciales, donde los niños tienen la oportunidad de tomar una foto sentados en sus rodillas y entregar la carta con sus peticiones directamente.
En España, los Reyes Magos ponen los regalos donde los niños han dejado sus zapatos. También se dejan dulces para obsequiar a los Reyes Magos e incluso agua o comida para los camellos, que es el medio de transporte.
En México se encuentra el segundo santuario más importante del mundo con respecto a los Tres Santos Reyes, ubicado en la ciudad de Tizimín, Yucatán; siendo visitado por millares de personas durante las fiestas religiosas en su honor celebradas a finales de diciembre y principios de enero.
En Puerto Rico, la noche del 5 de enero los niños corren por el patio recogiendo pasto para alimentar a los camellos y los reyes entonces dejan regalos en las cajas.
En Perú, ha caído en desuso el dar regalos a los niños en esta fecha. La celebración que se acostumbra es la llamada Bajada de Reyes, que consiste en que una familia o comunidad realiza una pequeña celebración mientras se va desarmando el pesebre y el árbol navideño. Cuando se trata de una comunidad, es costumbre dejar dinero mientras se retiran los adornos y figuras. Esta tradición incluso ha llegado a empresas privadas, las cuales realizan dicha celebración entre los miembros de la misma.
Otras costumbres del día 6 de enero
Es interesante notar que, en tiempo de la colonización española, especialmente en Cuba y Puerto Rico, este día era de asueto para los esclavos negros que salían a las calles a bailar al ritmo de sus tamboras. Esto origina el nombre de Pascua de los Negros con que el día es aún conocido en algunos países.
Los países de habla inglesa dedican el día 6 de enero a desmontar los adornos de la Navidad. Esta costumbre también se ha extendido a países de América Latina, convirtiéndose el 6 de enero en el último día de la temporada navideña. Antiguamente se celebraban festejos con ese motivo y se cocinaba un pastel en el que se escondía un haba o una pequeña moneda de plata. La persona que encontraba el haba o la moneda era nombrada rey judío o señor del desorden y se veía obligada a encargarse de los festejos de esa noche. Con el tiempo, la fiesta fue evolucionando y se incluyeron bailes de máscaras y representaciones teatrales. Esta tradición dio origen en España al típico roscón de reyes con que se desayuna en ese día y que esconde una pequeña sorpresa en su interior. En México, dicha rosca tiene en su interior varios muñecos pequeños de plástico los cuales representan al niño Jesús; aquella persona que en el momento de partir la rosca encuentra alguno de ellos, es encargado de hacer o invitar tamales y atole el 2 de febrero, día de la Candelaria.
En el año 1601 los abogados de Londres encargaron a Shakespeare una obra de teatro que se tituló Noche de Reyes y fue representada ante la reina Isabel I.
Fuente: wikipedia.org
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martes, 5 de enero de 2010

5 de enero: Cabalgata de Reyes Magos

La Cabalgata de Reyes Magos es un desfile de carrozas típico, en las ciudades españolas y algunas mexicanas, en el que los tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar y sus pajes y ayudantes lanzan caramelos y pelotas a los niños que les observan desde la calle. Se celebra cada 5 de enero por la tarde.
Al llegar la noche del 5, los niños deben acostarse temprano y a la mañana siguiente tienen los regalos de los Reyes Magos que han solicitado previamente en una carta. Según la tradición los niños que se han comportado mal durante el pasado año sólo reciben carbón de caramelo como regalo.
El primer rastro documentado sobre el origen de la cabalgata del día de Reyes, se remonta al 5 de enero de 1855 en el "Diario de Barcelona", España. La Cabalgata de Reyes Magos de Alcoy pasa por ser la más antigua de España y, por ello, del mundo, estando documentada desde 1866.
Asimismo consta que, en 1876, se empezó a celebrar la Cabalgata de los Reyes Magos de Ibi, localidad cercana a Alcoy, dejando de celebrarse algunos años de la década de los 30 y retomándose en los 40, de la mano de D. José Vicedo García y D.Pascual Rico Bellod.
Fuente wikipedia.org
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lunes, 4 de enero de 2010

Oración para el año viejo y el año nuevo

Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo. También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.
Ahora, que iniciamos un nuevo año, te presento estos días que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos. Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría. Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz. Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes. Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso. Cólmame de bondad y de alegría para que, cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de TI.
Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad. Amén.
Anónima
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